El Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero parece haber optado por no disolver estas concentraciones, que han convocado a miles de personas, jóvenes en su mayoría, ante la ausencia de incidentes y mientras los lemas más políticos desaparecían de las reuniones.
El llamado "movimiento 15-M", de "los indignados" o "Spanish revolution", que se ha aglutinado a través de Internet, reclama reformas políticas, económicas y sociales en un país que sigue sufriendo las consecuencias de la crisis económica, con el índice de desempleo más elevado de la Unión Europea - uno de cada cinco trabajadores está en paro, una cifra que llega al 45 por ciento entre los jóvenes.
Decenas de miles de personas comenzaron el sábado de madrugada la jornada de reflexión desafiando la prohibición de la Junta Electoral Central y dejando clara su voluntad de no marcharse.
En la madrileña Puerta del Sol, donde germinó este inesperado movimiento de disconformidad que ha sacudido los últimos días de la campaña y que se ha extendido a Barcelona, Valencia, Sevilla y otras ciudades españolas, guardaron un simbólico minuto de silencio - "un grito mudo" - poco después de la medianoche, cuando comenzó la jornada de reflexión en la que, según la legislación, está prohibido pedir el voto.
"Protesto porque no tengo un futuro laboral en España aunque he terminado la carrera de turismo", dijo en la Puerta del Sol Inma Moreno, de 25 años. "Esto debería hacer que los políticos se dieran cuenta de que algo no está bien".
Poco antes de la madrugada, el Tribunal Supremo rechazó un recurso presentado por Izquierda Unida contra la prohibición de las concentraciones, lo que dejaba en manos del Ministerio del Interior decidir si disolvía unas concentraciones que se han caracterizado, entre otras cosas, por exigir un cambio en el sistema electoral y pedir que no se votara a los dos grandes partidos, PSOE y PP.
Una fuente policial dijo a Reuters el viernes por la noche que tenían orden de no intervenir contra los concentrados, que durante la noche retiraron las pancartas con alusiones políticas para dejar principalmente las referidas al descontento social.
"Las fuerzas de seguridad actúan con oportunidad, congruencia y proporcionalidad. La policía, donde no hay un problema, no crea otro", dijo el vicepresidente del Gobierno y ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, tras el Consejo de Ministros.
"La policía sabe perfectamente lo que tiene que hacer para garantizar los derechos y libertades de todos los ciudadanos", añadió el ministro, que ha abandonado la campaña electoral para centrarse en cómo hacer frente a las protestas.
La Junta Electoral Central ha prohibido las concentraciones y reuniones en la jornada de reflexión y en el día de votación de unos comicios en los que se espera que el Partido Socialista reciba un fuerte castigo, a un año de las elecciones generales, por las medidas de austeridad que ha aplicado para contener el déficit.
"NO NOS REPRESENTAN"
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