El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, el domingo al presentar su candidatura a La Moncloa
Cipriano Pastrano
La imagen ha sido portada en la prensa nacional. El líder del PSOE, pulcramente trajeado, con una enorme bandera de España detrás, recibe en el escenario a su mujer, vestido rojo a juego con la corbata de Pedro Sánchez. Ambos se besan mientras reciben los aplausos de los presentes en la proclamación del número uno socialista como candidato a La Moncloa. El estilo americano de la puesta en escena salta a la vista –es inevitable no recordar a Barack Obama con las barras y estrellas detrás y su esposa al lado–, pero lo que más llamó la atención es el uso de la bandera de España, símbolo tradicionalmente denostado por la izquierda y habitualmente asociado a partidos como el PP.
La idea fue del propio Pedro Sánchez, con el fin de resaltar el «patriotismo cívico» frente al «patriotismo institucional del PP y al caduco de Podemos», según han explicado fuentes de su equipo. Tal decisión suscitó los más diversos comentarios, pero el primero en abrir el debate fue el propio Sánchez, que a primera hora declaraba ayer en la Ser que pretendía reivindicar que la enseña nacional es tan de su partido como de todos los demás y que la siente «como propia, sin exclusiones». También desde el PSOE, la presidenta andaluza, Susana Díaz, sostuvo que la bandera se ha utilizado «demasiadas veces» por «unos contra otros», y subrayó que lo que «une» a los españoles «por encima de todo» es la Constitución.
El gesto del secretario general del PSOE puso de acuerdo en la crítica a los populares y a otros partidos, pero también a sus socios de Podemos tras las alianzas surgidas del 24-M. E incluso parece haber levantado ampollas entre las propias filas socialistas, que no habrían encajado la idea con buena cara.
Desde Podemos, su secretario político y número dos, Íñigo Errejón, criticaba los «titubeos» del PSOE y avisaba al líder socialista de que no puede estar «a la vez en dos posiciones contradictorias», es decir, que o está «decididamente por el cambio» o «compitiendo por el tamaño de las banderas con el PP». En una rueda de prensa, Errejón advertía de que los problemas de los españoles no se afrontan con «invenciones más o menos efímeras de marketing político», al ser preguntado sobre la escenografía usada por el PSOE, informa Ep.
Por su parte, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, dijo que le parece «bien que la bandera española, que es la de todos, la use quien estime oportuno; yo la utilizo en los actos de Gobierno y del PP, con normalidad y con naturalidad, y lo hago porque es mi bandera, la de mi país y es la que siento y quiero». El presidente aseguró que «una cosa es utilizar la bandera nacional» y «otra, que la sociedad española se olvide de que el PP ganó y el señor Sánchez, con el único objetivo de que no gobernara, diera su apoyo a grupos extremistas, radicales y, en algunos casos, independentistas».
Por su parte, el presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, pidió al PSOE «hechos, no banderas», y señaló que usar la bandera «no tiene que ser noticia» y, «si lo es, es porque algo habrá hecho mal el PSOE».
Una de las críticas más duras llegó de Ignacio Cosidó, director general de la Policía, quien reprochó a Pedro Sánchez que presentara su candidatura con una «gran bandera» española de fondo, mientras llega «a acuerdos políticos con aquellos que precisamente lo que quieren es debilitar y romper España», informa Servimedia.
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