Todos necesitamos desconectar, y
olvidarnos de una semana acelerada (o un mes, o un año). Por ello, buscar un destino de viaje que nos haga olvidar por completo de lo malo pasado, o mejor, nos permita adoptar un ritmo relajado, es lo ideal para combatir todo lo malo de la vida moderna. A continuación, 10 destinos antiestrés en España:
Muchas veces, elegida para ilustrar las
postales y los carteles turístico de Andalucía, Casares se adapta al paisaje de la Sierra Bermeja, lleno de rincones tranquilos que reflejan el estereotipo del
pueblo blanco andaluz que desde España, ha dado la vuelta por el planeta.
Cadaqués es un rincón de España perdido
en el tiempo, en la comarca del Alto Ampurdán. Aislado por décadas, se conserva como un pueblo de pescadores en un paraje de ensueño. De alma tranquila, en medio de parques naturales intactos, calas y playas perfectas, no hay nada más que pedir. Casi, como la fórmula perfecta antiestrés.
En plena Costa Brava, Girona, la ciudad
de Begur concentra algunos de los paisajes más bellos del litoral de España, para disfrutar de un entorno de mucho verde y calas arrinconadas. Por si fuera poco, el casco antiguo nos traslada a otro tiempo en un entorno que supo evitar cambios drásticos
en su urbanización.
El archipiélago en la Rías Bajas, Provincia de
Pontevedra, gana reconocimiento por su paisaje, su ecosistema, y hasta sus playas, elegidas entre las mejores del mundo en algunas publicaciones. Un leyenda popular cuenta que Dios descansó en las Islas Cíes el
séptimo día. La creencia, ilustra de algún modo lo que transmite el lugar. El estrés lo tiene difícil
Ansó se sitúa en un valle en el Pirineo
occidental aragonés, y es la prueba de que la belleza
natural, puede resultar un remedio antiestrés. Actualmente, redescubierto para el turismo, tiene la magia de los lugares que no cambiaron casi nada durante siglos, algo que en la España de los últimos años ha resultado una tarea difícil. Sin embargo, Ansó logra evadir la masificación, conservando sus valores arquitectónicos, paisajísticos y sobre todo la
Cuideiru en asturiano, o Cudillero, es un
pueblo de pescadores recluido sobre la ladera de un monte que se encuentra con el mar en una pendiente abrupta. El paraje, junto a
la colorida arquitectura, lo convierten en un paraíso a pequeña escala, sobre todo en verano, cuando el clima invita a quedarse.
Cerca de Málaga, el pueblo de Ronda es una
de las mejores sorpresas de Andalucía.
La curiosa geografía nos muestra uno de los pueblos más caprichosamente situados de España. Cerca de la Costa del Sol, y en la ruta de los pueblos blancos, el paraje pintoresco es todo lo contrario del turismo masivo
1084 msnm, La Alberca o Valdelaguna es un
pueblo casi único, por el trazado de sus calles y de sus casas. Casi como un pueblo de cuentos, cerca de cuevas prehistóricas, y en medio de una gran belleza natural, es la mayor parte del año un remedio antiestrés. Con excepción del
15 de agosto, cuando se celebra la Asunción de María, la tranquilidad reina la mayor parte del año.
A menudo, elegido como el pueblo más
bonito de España, Albarracín es una combinación única de belleza e historia. Posee un casco antiguo sobre las faldas de una montaña, junto al río Guadalaviar. Con una tonalidad rojiza en sus construcciones, es desde cada ángulo una postal
La Edad Media, parece haberse quedado para
siempre en éste paraje de León. Peñalba de Santiago conserva casas de pizarra, cobertizos, iglesias, con un aspecto a congelado en el último rincón del Valle del Silencio. Combatir el estrés en éste lugar parece muy fácil.
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