Dentro de un mes justo, en pleno solsticio de invierno, el 21 de diciembre, se producirá un momento único en Almendralejo. El sol protagonizará un espectáculo singular y milenario. Como sucede cada año desde hace 4.650, los rayos solares penetrarán en el sepulcro prehistórico de Huerta Montero y, durante una hora, llegarán por un corredor hasta el fondo de una cámara circular y la iluminarán completamente. Como este año el 21 cae en domingo, será más fácil acudir al sepulcro y disfrutar de este fenómeno luminoso y milenario.
No sé si habían ustedes oído hablar de este sepulcro situado en la periferia de Almendralejo, a un paso del casco urbano, al norte. Yo no lo conocía hasta que hace unos meses me llevaron en compañía de un grupo de blogueros españoles que escriben sobre turismo. Me fascinaron el lugar y la historia de su descubrimiento.
Todo comenzó como siempre comienzan estas cosas en Extremadura. Un campesino araba, su arado tropezó con una piedra y descubrió una tumba en buen estado de conservación. Era un sepulcro colectivo que, según los análisis de C14, databa de hace 4.650 años y fue utilizado durante 1.000 años como cámara funeraria. En él están enterradas 109 personas y se construyó con la idea de que allí moraran para siempre los antepasados y para que se ofrendara la luz del sol nuevo cada 21 de diciembre a los difuntos.
El agricultor que encontró la piedra, en 1988, la llevó al taller de arqueología municipal y enseguida se pusieron a excavar con punzones y maderas. Más que arqueología parecía orfebrería. Mucha gente de Almendralejo colaboró en las excavaciones sin cobrar un duro. Paco, arqueólogo que nos mostraba la tumba, recuerda cómo se emocionaban los voluntarios cada vez que encontraban un ídolo o que aparecía un silbato de hueso de ala de buitre, un cuchillo, una punta de flecha, una caracola de mar.En ese tiempo, la esperanza de vida era de 21.5 años. A los 45 años eran viejecitos. Aunque como todo era menos apresurado, se debía de disfrutar de la existencia de manera más demorada y 40 años parecerían 80. En el tiempo en que se construye la cámara funeraria de Huerta Montero, ya se aplicaba la geometría a la construcción, como demuestra esta tumba de medidas muy calibradas. De hecho, este enterramiento se levanta al tiempo que la primera pirámide de Egipto.
El lugar es muy agradable. Se puede visitar y está montado de manera didáctica y sugerente. Ahora es cuando debería escribir eso de que si los franceses tuvieran una tumba así, estaríamos todo el día oyendo hablar de ella y hasta habríamos organizado una excursión veraniega para conocerla. Pero como está ahí al lado, en Almendralejo, pues pasamos. ¿Cómo nos va a interesar una tumba nuestra de hace 4.650 años teniendo tumbas ajenas de hace cien años a 2.000 kilómetros?
No crean que fue fácil sacar a la luz este tesoro prehistórico. Se intentó demostrar que allí no había nada y que era mucho mejor dejar la zona para levantar adosados o algo parecido, pero el tesón de los arqueólogos y de los voluntarios pudo más. Paco comentaba que algo bueno de la crisis es que hay menos presión urbanizable sobre los terrenos y eso facilita la prospección arqueológica.
La tumba demuestra que en las tierras de Almendralejo ya había una próspera actividad comercial en el tercer milenio antes de Cristo. Otro dato que se desprende del enterramiento es que ya entonces había claras diferencias entre las clases sociales. ¡Qué le vamos a hacer! En Extremadura, lo de la casta y la gente viene, cuando menos, de hace 4.650 años.
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