Dicen que el segundo parto es el mejor para las madres, que el bebé viene solo. Y en algunos casos es verdad absoluta. Basta preguntar a Juan Carlos Barroso Poli y a su esposa Beatriz Valerio Candil para darse cuenta de que la hija que ayer trajeron al mundo no necesitó ayuda externa para ver la luz del día por primera vez.
Todo comenzó a las 8 de la mañana en su domicilio de Villanueva del Fresno. Beatriz tiene 22 años, es ama de casa y la pasada semana se cumplieron las 40 semanas de embarazo. «Le habían dicho que viniera a los monitores el próximo martes, pero no había señales de que la niña fuera a nacer y estábamos muy tranquilos», afirmó ayer el padre. Todo cambió cuando esta joven madre comenzó «a ponerse mala». El parto parecía cercano y su marido Juan Carlos, que tiene 28 años, decidió avisar a su hermano Emilio y a su cuñada Raquel para que los acompañaran en el trayecto que separa Villanueva del Fresno de Badajoz.
Esos 45 kilómetros se pueden realizar en poco más de 45 minutos si se pisa el acelerador, pero la situación no estaba para arriesgar y Juan Carlos decidió circular con prudencia. «A la mitad del camino se puso a nacer. En el mismo Alconchel asomó la cabeza mientras iba andando el coche. No paramos en ningún momento y pasando Olivenza había echado la mitad del cuerpo. En Corazón de Jesús ya la echó toda».
La barriada del Corazón de Jesús sólo dista 5,5 kilómetros de la ciudad de Badajoz, pero Juan Carlos, Beatriz, Raquel y Emilio estaban demasiado asustados para seguir la ruta y decidieron hacer un alto para telefonear al servicio de emergencias. «Mi cuñada es la que ha hecho de matrona. Lloraba ella, lloraba mi mujer, llorábamos todos porque ella no es enfermera ni nada».
En el tiempo que transcurrió hasta la llegada de la ambulancia, Beatriz Valerio protegió a la pequeña Carolina entre sus piernas. Esos minutos se le hicieron eternos a ella, a su marido y a sus cuñados. «Al ver la ambulancia soltamos un suspiro de alivio. En ese momento se piensa que por fin han llegado los que saben de esas cosas», relata Juan Carlos. Este joven es ganadero en Villanueva del Fresno y aunque ha visto nacer borregos, chivos y animales de todo tipo, jamás imaginó que tendría que presenciar el parto de su segunda hija en medio de la carretera. «Nosotros ya tenemos a un niño de un año pero este nacimiento ha sido muy especial».
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