Dzhojar Tsarnaev, el pequeño de los dos hermanos que atentó hace un año contra las personas congregadas junto a la meta de la Maratón de Bostón lleva recluido en el centro penitenciario de Fort Devens tras pasar la primera semana detenido en un hospital en el que se recuperó de las heridas causadas en su captura. Apartado del resto de reclusos para evitar que sea agredido, prepara la defensa de su juicio, fijado para el próximo mes de septiembre junto a su abogada.
Está acusado, tras la muerte en enfrentamiento con la Policía de su hermano Tamerian, del asesinato de cuatro personas –tres en el atentado y un policía durante su huída- y de otros treinta cargos de diversa consideración, cuenta con la defensa de la prestigiosa penalista Judy Clarke que cuenta entre sus clientes más tristemente famosos a criminales como Unabomber, Ted Kaczynski o Jared L. Loughner, que asesinó a seis personas en Arizona e hirió gravemente a un congresista norteamericano.
En ambos casos, en los que se solicitaba condena de muerte, consiguió evitar esta sentencia. Una estrategia que pretende repetir con el caso de Tsarnaev para quien ya ha pedido un traslado del juicio a otro estado en el que no exista la pena capital. Una decisión que tomó tras hacer público los fiscales federales su intención de pedir la pena de muerte para el asesino de 19 años.
Massachusetts es un estado considerado muy liberal, en él la pena máxima está casi en desuso y se aplica rara vez, sin embargo la gravedad y las características del crimen cometido por los hermanos de origen checheno ha llevado a que la fiscalía les considere acreedores de esa condena.
El juicio sobre los sucesos de Boston ha trascendido a la escala internacional tras hacerse público un informe de la Inteligencia estadounidense según el cual Rusia negó información sobre la vertiente integrista de los hermanos Tsarnaev dos años antes de los atentados. Si bien, se aseguró que el mayor de los dos hermanos mantenía contactos con grupos integristas radicales de Daguestán, se negaron a facilitar más detalles que obraban en poder de los servicios secretos rusos.
Ahora, las 17 agencias de seguridad norteamericanas estudian si esa información pudo haber sido necesaria para haber evitado el atentado y, desde el Gobierno de Obama, reclaman el resto de la información por si pudiera ser una vía de investigación sobre terrorismo islámico en EEUU.
No hay comentarios:
Publicar un comentario