Quería sorprender a su pareja y acabó siendo rescatado por los servicios de emergencias. Laurence, un joven residente en la ciudad de Mooroopna, al norte de Melbourne, se ha convertido en noticia estos días después de que necesitara la intervención de auxiliares médicos y hasta de bomberos para salir de la lavadora en la que estaba escondido. Pero, ¿qué hacía ahí?
Un juego sexual con el que pretendía captar la atención de su novia fue el principal desencadenante de esta mediática travesura. Y es que según declaraciones del propio joven, decidió esconderse de su novia para tener un momento de diversión. Pero algo que comenzó como una broma que en principio no presumiría daño alguno acabó originando un rescate en el que solo faltó el mismísimo James Bond.
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Mientras se dirigía al cuarto de baño para disfrutar de una placentera ducha, se le ocurrió la "brillante" idea de esconderse en una de esas lavadores con apertura superior en las que meterse es casi un imposible. Y no es la primera vez que lo hace. "Me he metido en lugares aún más extraños y siempre he sido un bromista funcional. La verdad es que creí que podía meterme en esa lavadora fácilmente", ha afirmado en News.com.au.
No obstante, ante tanto despropósito el joven Laurence tuvo al menos una buena ocurrencia. Gracias a que en aquel momento llevaba el móvil encima pudo contactar con una amiga, que al darse cuenta de que Laurence no estaba bromeando decidió llamar a los padres de éste para que le llevaran una amoladora angular y lo sacaran del aprieto, o bien para que avisaran a los servicios de emergencia, que fue lo que finalmente sucedió.
Cuando los especialistas llegaron a la casa y vieron al joven desnudo en la casa y en tal situación no daban crédito. Pero ante tanto desconcierto a Laurence no se le ocurrió otra cosa que pedirle un cigarro a su amiga que terminó fumándose placenteramente ante la incredulidad de los presentes.
Para llevar a cabo el rescate, los agentes tuvieron que utilizar aceite de oliva como lubricante para sacarlo fuera de la lavadora, un proceso que duró unos 20 minutos."Fue solo un juego que acabó mal y el pobre hombre estaba muy avergonzado", ha explicado Michelle de Araugo, el sargento que estuvo presente en la operación de rescate.
El alcance de la noticia fue tal que las autoridades emitieron un mensaje en la televisión pública australiana para advertir sobre el peligro de utilizar los electrodomésticos de manera lúdica. Sin embargo, de poco han servido los consejos. Una semana después, una niña de 11 años también tuvo que ser rescatada de la lavadora de su casa en Utah, Estados Unidos.
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