La intención de Casey es acabar con cierto tipo de tabúes sociales. “Espero que la gente se cuestione sus temores y referencias negativas en torno a la vulva“, afirma en unaentrevista a un medio local. Además, añade que tiene mucho cuidado con los ovillos y los cambia cada 24 horas para evitar posibles infecciones. “No es muy incómodo, sólo lo paso un poco peor cuando estoy menstruando porque la lana se humedece y se hincha . Pero es algo que tengo que sufrir si quiero conseguir mis objetivos“, concluye. Vamos, que aunque esté con el periodo, sigue dale que te dale al tricotado.Esta activista/artista, así se califica Jenkins, ha llevado el craftvist (uso de técnicas artesanales con el fin de concienciar a la sociedad de una forma pacífica) al extremo. Una forma muy rara de revolución no violenta. ¿Querrá parecerse a Gandhi? ¿Habrá tomado nota el colectivo Femen para dar un giro de tuerca a sus protestas?
Lo que está claro es que la publicidad que buscaba para su actividad la ha conseguido con creces, ya que el vídeo que ilustra todo su ‘laborioso proceso de trabajo’ lleva casi un millón y medio de visionados en cinco días. ¡Cómo están algunas cabezas!
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