Han sido dos las citas clave, según han reconocido durante el fin de semana miembros del PSOE. Dos encuentros que han permitido al secretario general de los socialistas, Alfredo Pérez Rubalcaba, presumir de un fin de semana redondo para sus intereses. Dos reuniones que han hecho no solo que haya salido airoso de la Conferencia Política de su partido, sino que las propuestas de la ponencia y el discurso político que pronunció ayer en la clausura del cónclave consiguieran destacar por encima de la división que existe en torno a la fecha de las primarias.
El primero lo encabezó el secretario de Organización del partido, Óscar López, en la tarde noche del viernes. Reunió a los secretarios de Organización de todas las federaciones del Estado y les anunció que el calendario lo decidiría el Comité Federal de finales de año. Así quedaría reflejado, les dijo, en el documento político que saliera del encuentro de este fin de semana. Y en efecto, el asunto quedó zanjado durante la celebración de la Comisión sobre el Modelo de Partido de la tarde del sábado.
El segundo se celebró a primera hora de ese mismo sábado, apenas minutos antes de que quedara inaugurado el encuentro. Rubalcaba desayunó con la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz; el jefe del Ejecutivo asturiano, Javier Fernández; y el primer secretario del PSC, Pere Navarro. Los tres son dirigentes de federaciones determinantes para los socialistas, y los tres cerraron filas en torno al secretario general manifestando un apoyo explícito al proyecto de renovación que supuso la conferencia pilotada por Ferraz y ejerciendo así de cortapisa de quienes trataban de forzar un debate sobre el liderazgo del partido.
Una tregua en la crisis con el PSC
Díaz fue la primera en explicitar ese respaldo poco después, durante el discurso que pronunció ante el plenario con el que se dio por inaugurada la conferencia. Sus palabras han sido aplaudidas tanto por el aparato como por los dirigentes más críticos con Rubalcaba, que consideran que sí lanzó a la dirección federal un mensaje exigiendo cambios. Asimismo, fuentes del PSOE de Andalucía han confirmado a este diario que la presidenta andaluza mantuvo encuentros con los barones críticos, a quienes pidió que no centraran el debate en las primarias. El líder federal contaba ya con la primera pata y la más importante, la andaluza, para poner en marcha la discusión de ideas.
La segunda fue Catalunya. Si bien en las últimas semanas se remarcó que el asunto no iba a tener cabida en la conferencia, una vez solucionados los conflictos abiertos respecto a las primarias -gracias a la reunión de los secretarios de Organización- y a la división interna -con un llamamiento expreso a la unidad de Díaz, la miembro del partido con mayor poder institucional- Rubalcaba vio también cómo se cerraba el tercero de los frentes que mantenía abiertos: el de la postura de su partido respecto a Catalunya y la relación con el PSC. Ya cuando había acabado el cónclave Navarro no podía ser más claro: "Por si alguien tenía dudas, el aplauso al trabajo del PSC por parte de todo el PSOE ha sido emotivo y esclarecedor".
El líder de los socialistas vio así allanado el camino para llegar al domingo y subirse a la tribuna para hacer lo que quería: defender el que será su programa, bien sea el de la oposición de los próximos años, o bien por el que luchará si finalmente decide dar el paso y presentarse a las primarias. Esta idea cobraba ayer fuerza dentro del partido y entre unos y otros sectores tras escuchar a Rubalcaba. Su discurso, con el que quiso dejar de lado el pesimismo instalado en el partido, presentó al PSOE y a su ideario, el establecido en la Conferencia Política, como opciones de gobierno. "El PSOE ha vuelto", aseguró.
Perfil bajo de los aspirantes
Quienes suenan como posibles aspirantes a ejercer el liderazgo del partido en unas próximas elecciones generales facilitaron eso, que Rubalcaba y Díaz, su principal valedora del fin de semana, brillaran por encima de todo. Tanto Patxi López como Eduardo Madina, que sí tuvieron papeles protagonistas en el espacio de debate del cónclave -ambos coordinaron sendos diálogos-,mantuvieron un perfil bajo ante las cámaras y los periodistas, y no quisieron en ningún caso aprochar el cónclave para dar un paso adelante. Tampoco lo hizo la exministra Carme Chacón, a la que ni siquiera se le pudo arrancar una palabra sobre lo que esperaba del encuentro.
Incluso los más críticos, aquellos que días antes aseguraban que el cónclave debía convertirse sin demora en el espacio de debate sobre el calendario de las primarias y sobre el liderazgo, bajaron el pistón una vez que se dieron por satisfechos con el compromiso que adoptó Ferraz para no demorar la decisión de la fecha más allá del próximo Comité Federal. Tanto el entorno del secretario general del PSM, Tomás Gómez, como el del PSOE de Castilla-La Mancha, Emiliano García Page, consideraron un triunfo y "un gran paso" que "abre las primarias" el hecho de que la dirección pusiera ese compromiso negro sobre blanco.
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