Entras en el metro y te encuentras a un hombre con la bata de hospital, pantuflas y agarrado a un pie de suero que pide dinero a los viajeros para operarse. En la puerta de una iglesia, otro de la misma guisa necesita diálisis por lo que mendiga unos euros para poder llegar al hospital. En plena calle, una anciana con hipertensión recoge monedas para pagarse unas medicinas que no puede costearse...
Escenas como estas son las que se encontraron ayer quienes pasaron por algunas zonas del centro de Madrid. "No eran enfermos reales, pero podrían serlo", afirman desde Médicos del Mundo, responsables de la acción-denuncia para la que se aliaron con la artista Yolanda Domínguez.
"Recrearon una de las escenas hospitalarias que transmite mayor vulnerabilidad, la del enfermo a punto de operarse, con el culo al aire. Una metáfora del desamparo y la indefensión en la que se encuentra la población que no puede pagar una sanidad privada", apunta Domínguez. "Las impactantes escenas lograron conmocionar a los transeúntes que asumiendo que podría tratarse de algo real ofrecían ayuda y socorro a los enfermos y expresaban su desasosiego con toda clase de comentarios y reflexiones: ¡Qué horror!, ¿De verdad estamos convirtiendo este país en esto?".
La acción se enmarca dentro de la campaña 'Nadie Desechado' que la organización médico-humanitaria lanzó el pasado mes de septiembre para denunciar las consecuencias de los recortes en sanidad en la vida de las personas. En la misma, se recogen testimonios como el de Lucinda, una portuguesa residente en España desde hace 46 años, que asegura que lleva una semana sin medicación por no poder pagarla.
"Tengo el 50% de minusvalía y desde junio de 2012 no tengo ingresos porque mi jubilación continúa en trámite ya que no he cotizado los 15 años exigidos", apunta. "Tengo enfisema pulmonar y necesito 16 horas de oxigeno al día, tengo que pagar el 40% del coste total de seis medicamentos y sencillamente no puedo. He pedido ayuda en varios sitios, estoy esperando a ver. Me falta el aire para vivir.”
Por su parte, Mario, con una incapacidad del 47% y hepatitis C y VIH desde hace 15 años, lamenta que hay un tratamiento experimental que podría ser la solución para él pero no se lo puede permitir. "El problema está en que sólo se administra de forma gratuita a los pacientes que están en fase 4, la mía es la 2. El precio de este tratamiento experimental es de 400/500 € cada inyección, y aunque tengo suficiente dinero para poder vivir, desde luego no lo tengo para cubrir los gastos de este tratamiento, que es la única esperanza para salvar mi vida", apunta.
Recogida de firmas
La denuncia de Médicos del Mundo se está llevando a cabo mediante la petición de firmas dirigida a la ministra de Sanidad, Ana Mato, solicitando la derogación del Real Decreto Ley 16/2012 cuyo objetivo es reducir 7.000 millones de euros del presupuesto estatal para Sanidad.
"Sabemos que ya han sido retiradas 873.000 tarjetas sanitarias, eso equivale a 2.392 personas desechadas diariamente durante el año que lleva en vigor el Real Decreto", afirman desde la organización que denuncia además la implantación del "copago de medicamentos que grava a pensionistas y familias con escasos recursos".
"Le puede pasar a cualquiera, nos puede pasar a cualquiera de nosotros y está en nuestra mano impedir que la sanidad española se siga deteriorando por los recortes", sentencian.
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