En 1879 el cirujano francés Paul Segond describió durante sus investigaciones forenses lo que en sus propias palabras parecía una especie de “banda fibrosa resistente” en la parte interna lateral de la rodilla humana. Durante todo este tiempo y desde aquel lejano año del siglo XIX, la medicina no había sido capaz de definir con exactitud a qué estructura anatómica se refería Segond o qué función biológica realizaba.
Pero esta semana un equipo de científicos de la Universidad de Lovaina en Bélgica ha resuelto el misterio publicando un artículo detallando la situación exacta de este ligamento al que han denominado “ligamento anterolateral” y lo que es más importante avanzando una primera hipótesis de para qué sirve o en qué movimientos está implicado.
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El estudio ha aparecido en la publicación científica Journal of Anatomy y en él han participado cirujanos analizando cuidadosamente las rodillas de 41 cadáveres humanos encontrando este ligamento en 40 de ellos.
¿Qué función realiza este nuevo ligamento?
Pues por ahora la función biológica que desarrolla el nuevo ligamento anterolateral aún no se ha podido definir con total exactitud. Los médicos responsables del descubrimiento han ofrecido una primera aproximación en forma de hipótesis por la que esta estructura alargada estaría implicada en la rotación de la tibia.
Los propios cirujanos terminan el artículo publicado aclarando que se necesitarán nuevos estudios para investigar su función biomecánica de manera completa.
Lo que sí podemos afirmar es que este nuevo ligamento está implicado en numerosas lesiones de rodilla, algunas tan comunes en deportistas de como la célebre rotura de ligamento cruzado anterior.
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Estas roturas de LCA (ligamento cruzado anterior) suponen la mayoría de operaciones de rodilla y en los últimos tiempos se han visto envueltas en una intensa polémica entre los médicos especializados. Anualmente, y solo en Estados Unidos, se realizan más de 200.000 de estas operaciones quirúrgicas de rodilla con un coste de miles de millones de dólares.
Sin embargo, el debate se ha abierto al ir apareciendo diversos estudios científicos que cuestionan la utilidad real de estas operaciones. En New England Journal of Medicine se han publicado varios estudios basados en experimentos realizados a pacientes con rotura del ligamento cruzado anterior. La investigación más citada, llevada a cabo por cirujanos de la Universidad de Lund en Suecia, analizaba a más de 120 personas de las que solo se operó a la mitad de ellas. Después de dos años de seguimiento, los pacientes operados no obtuvieron mejores resultados que aquellos que tan solo habían recibido rehabilitación física y los científicos afirmaron que más de la mitad de las reconstrucciones quirúrgicas de LCA pueden ser evitadas.
El descubrimiento esta semana del ligamento anterolateral aumenta el conocimiento de las intrincadas conexiones fibrosas de la zona y los posteriores estudios sobre su función anatómica ayudarán a perfeccionar las terapias que hasta ahora se han estado aplicando en lesiones de rodilla
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