El Centro Internacional de Innovación Deportiva en el Medio Natural, el Anillo, que fue presentado como una original infraestructura llamada a ser uno de los símbolos de la región en el futuro, es hoy una patata caliente para la Junta.
Ubicado en la península del embalse Gabriel y Galán, el Anillo tiene más de 5.000 metros cuadrados (3.200 construidos), en un terreno de 240.000 cedidos por la Confederación Hidrográfica del Tajo. A su construcción se destinaron un total de 4,4 millones de euros aportados por fondos europeos y el Consejo Superior de Deportes. Su puesta de largo, hace ya más de dos años, contó con la presencia del entonces presidente extremeño, el socialista Fernández Vara, en cuyo mandato se levantó la infraestructura, que recogió elogios por doquier en su estreno.
Sin embargo, después de dos años, el Anillo se ha convertido más en un problema que en un referente deportivo. Según la Dirección General de Deportes, mantener la infraestructura cuesta cada año 200.000 euros y es un dinero que se destina íntegramente a gastos corrientes y a los contratos de las dos personas que se ocupan de la instalación. «Es una cantidad que se hace necesaria para evitar que se deterioren las instalaciones y conseguir que la reinversión futura que tenga que afrontarse sea menos perjudicial», declaran fuentes de la citada Dirección.
Demasiada inversión
Por eso, más allá de mantener la infraestructura, poco se ha hecho y se va a hacer. Al menos por el momento. Porque no hay dinero. «Esta obra faraónica presenta problemas y deficiencias en materia de arquitectura, tomas de corriente, falta de adecuación de las habitaciones destinadas a la residencia de deportistas...», continúa la Dirección General de Deportes. Poner a punto el Anillo requiere una inversión que aún no se ha estimado. Cuenta con despachos, salas multiusos, almacenes y aseos..., pero no hay cocina y sus diez habitaciones no están amuebladas. «Es fundamental tener en cuenta que por no utilizarse en su momento, unido a los problemas y deficiencias encontrados en el centro desde un principio, se requiere realizar una importante inversión para lograr que el Anillo tenga una mayor actividad, y no estamos en tiempos en los que se pueden realizar grandes inversiones, no como la que requeriría una obra del calibre de la heredada», aclara la Junta.
Por este motivo el Ejecutivo regional está buscando cómo dar lustre al Anillo. Un intento por amortizar la infraestructura del embalse de Gabriel y Galán. Una amortización de lo que ya hay, porque por el momento lo que no hay es dinero para completar la instalación. Entre las posibles fórmulas de amortización, fuentes de la Dirección General de Deportes detallan que se están analizado diversas opciones, sin que sean excluyentes ni la decisión esté tomada, que pasan por convertir la infraestructura en un centro de investigación, de iniciación a la práctica deportiva fomentando la residencia temporal para deportistas de cara a entrenamientos, concentraciones.... Y también dándole un enfoque empresarial. En este sentido, Deportes adelanta que estudia crear en el Anillo un semillero de empresas.
El centro de Alange
Son las diferentes opciones que se están estudiando con el fin de paliar el gasto anual de 200.000 euros y amortizar los 4,4 millones invertidos en el el Centro Internacional de Innovación Deportiva en el Medio Natural. Al menos, en el caso de esta instalación, la Junta está buscando fórmulas para dinamizarla y reimpulsarla.
No es el caso, sin embargo, del Centro de Tecnificación para Piragüistas de Alange. La Dirección General de Deportes recuerda que costó más de dos millones de euros y se construyó en lo alto de una montaña, a 500 metros del agua, con una pendiente de más de 30 grados. «Y cuando se dieron cuenta que era imposible subir las canoas hasta arriba, se gastaron miles de euros en un almacén de piraguas más cerca del agua, donde no caben las piraguas; nunca se ha usado y la zona de cafetería no tiene ni tomas de agua ni de luz», denuncia la Junta. Otra patata caliente.
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