Neil McArdle, ya vestido de novio, se dio cuenta en el último momento de que no había completado el papeleo en el Juzgado. Para ganar tiempo, alertó de una explosión en la sala donde iba a producirse la ceremonia. La novia le ha perdonado.
Organizar una boda conlleva numerosos detalles, y para que todo sea un éxito es importante no dejar nada para última hora. Lo contrario puede llevar a improvisaciones arriesgadas, como la que se le ocurrió a un hombre inglés, de 37 años, que ha sidocondenado a un año de cárcel precisamente por esa ocurrencia. A Neil McArdle se le olvidó un papeleo imprescindible: confirmar su reserva en el Juzgado. Y para ganar tiempo inventó un falso aviso de bomba.
Ocurrió la pasada primavera. Él, ya vestido con su esmoquin para casarse, se dio cuenta en el último momento de su error. Fue a una cabina telefónica y, tratando de disimular su voz, comunicó "la explosión de una bomba en 45 minutos en la sala de San Jorge" en el Ayuntamiento de Liverpool, donde debía producirse la ceremonia.
Todos los invitados fueron evacuados inmediatamente entre la confusión y el pánico, a lo que contribuyó que once días antes se había producido el atentado del Maratón de Boston. McArdle pudo respirar en ese momento al ver cómo se retrasaba la ceremonia pero no pudo evitar que la Policía consiguiera atar cabos y su confesión apenas unas horas más tarde.
El novio explicó a los agentes que había utilizado esta táctica para evitar la decepción de su novia, "el amor de su vida". "Si los hechos no fueran tan graves, este caso tendría toda la apariencia de una comedia", ha declarado su abogado. No le hizo tanta gracia al juez, que dictaminó que haber llegado hasta ese extremo "no es cosa de risa". Final agridulce para esta historia porque, pese a la condena, la novia ha perdonado a su prometido.
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