Estaba Enrique en un bar, totalmente borracho.
Algunos muchachos deciden hacerle al buen samaritano y llevarlo a su casa,
para eso buscan alguna identificación en la cartera del tipo y se encaminan
a dejarlo.
Pero cada vez que lo ponían de pié para tratar de hacerlo caminar, el
borracho caía al suelo y se daba un buen porrazo.
Del bar al cohe se les cae ocho veces.
Cuando por fin llegan a la casa del tipo, lo ayudan a salir del coche y se
les vuelve a caer otras cuatro veces.
Cuando tocan el timbre, sale la esposa del borracho y le dicen:
- Aquí está su esposo.
A lo que la señora les dice: - ¿ Y la silla de ruedas ???
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