! PACO TORONJO !

FRANCISCO GÓMEZ ARRECIADO, cantaor payo,

más conocido en el mundo del cante flamenco con el nombre artístico de PACO TORONJO,  nació en Alosno (Huelva) en el año de 1928.y murió en Huelva el 2 de julio del 1998, aprendió a cantar en su pueblo cuando era solo un niño, escuchando a los grandes maestros. Aunque no imitase a nadie él supo crear su forma personal y estilo de interpretar los fandangos, con una fuerza increíble de transmisión. En sus comienzos artísticos empezó con su hermano Pepe, y los dos se relevaron dando a conocer los aires del fandango

de su tierra, que fue acogido por toda la afición con mucho éxito.

HUELVA                                                  ALOSNO

Cuando su hermano Pepe falleció, él continua en solitario el mismo camino, ganando gran popularidad como principal divulgador de los fandangos onubenses, que gracias fundamentalmente a él

comenzó a ser más conocidos. Aunque no se atribuye a este cantaor ningún estilo de cante de su creación, en todo lo que canta ha puesto un acento personal muy característico que le da indudable originalidad. Paco Toronjo crea sus letras, y en esta faceta de su arte se muestra extraordinariamente reconocido, siendo capaz de tirarse horas y horas cantando por fandangos sin repetir una sola de sus letras, en una palabra es la personalidad más representativa que la historia ha dado del cante de Huelva.

En la capital, su Huelva, es donde Paco se abre

camino en solitario. En 1960 grabó su primer disco mientras actuaba en El Duende. En total realizó a lo largo de su vida 42 grabaciones, muchas de ellas con la guitarra de su paisano Bartolomé (el Pinché). Realizó muchos fandangos de Huelva para interpretarlos a su forma y estilo, su personalidad de decir los fandangos fue tan grande que ha quedado en nuestra historia como uno de los más perfectos cantaores del fandango de Huelva, que todo aficionado admira por su grandeza..

Si quieres terminar de escuchar el fandango, no pulses el ratón.

Decir fandango de Huelva es decir Paco Toronjo.

Todavía no se ha llegado a descubrir de dónde salía la voz de Paco, durante aquellas madrugadas sin final en su Alosno básico y recalcitrante. Tampoco se ha podido averiguar si era el aguardiente quien empujaba al cante y lo obligaba a salir por la garganta, o era un llanto interno que le mordía las entrañas hasta desgarrárselas. Lo cierto es que los aullidos feroces de aquel Toronjo nocturno y cabizbajo, se nos clavaban sin querer en los tuétanos del corazón y nos hacían llorar en el silencio de las madrugadas, sin saber exactamente las razones de ese llanto repentino e involuntario.

En Alosno, aprendió a cantar siendo un niño de ocho años, cuando se ganaba malamente la vida cuidando una piara de cerdos, oyendo cantar a los mayores.

Humildad, clase, sencillez y sabiduría son algunos de los adjetivos que definen su personalidad, pero sobre todo, grande de corazón.

Si quieres terminar de escuchar el fandango, no pulses el ratón.

Siempre cantó con pena, con sentimiento, pero en los últimos años, la voz de Paco Toronjo era un desgarro, un latigazo en el alma.

Había una letra, de las muchas que cantaba en su última época, que uno se estremecía al escuchar:

Perdí lo que más quería. Ya no tengo na que perdé. He perdío a la mare mía,

a mi hermano y a un hijo mío también.

¡Qué golpes me ha dao la vida!

Este fandango no había quien lo aguantara, era un

porrazo en el alma, porque la letra era su vida, la verdad de lo que le pasó

Desde niño yo

aprendí

el fandango de mi gente.

Tanto de ellos

bebí

que yo me fui haciendo fuente y ahora lo beben de mí.

***** (Fandango de Paco Toronjo)

La muerte oficial de Paco Toronjo fue certificada por los médicos el 2 de Julio de 1998. Pero en realidad, el Paco íntimo (tan humilde, sencillo y campechano) que conocíamos sobradamente todos, empezó a morirse desde que dejó de pellizcarnos con su quejío espeluznante. El

Rey de los cantes del Andévalo empezó a morirse, cuando las navajas de un cáncer traicionero le cortaron sin avisar las raíces de la voz, y el pájaro errante que vivía en su garganta dejó de cantarnos para siempre. Pero a Paco Toronjo no lo mató el cáncer ni la dulzona pleamar del aguardiente; sino más bien, la terrible impotencia de no poder cantar, la terrible impotencia de no poder expresarse en el idioma que se había expresado siempre. Paco no era capaz de vivir sin su fandango alosnero...

¡Ole la voz rancia del aguardiente alosnero, cuna del FANDANGO VALIENTE!

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Se te extraña mucho Paco, Huelva te extraña y Andalucía entera... OLE TU ARTE!!