Dijo una voz popular:
¿Quién me presta una
escalera
para subir al madero
para quitarle los clavo
a Jesús el Nazareno?
Oh, la saeta, el cantar
al Cristo de los gitanos
siempre con sangre en las manos,
siempre por desenclavar.
Cantar del pueblo andaluz
que todas las primaveras
anda pidiendo escaleras
para subir a la cruz.
Cantar de la tierra mía
que echa flores
al Jesús de la agonía
y es la fe de mis mayores.
¡Oh, no eres tú mi cantar
no puedo cantar, ni quiero
a éste Jesús del madero
sino al que anduvo en la mar!
¡Oh, no eres tú mi cantar
no puedo cantar, ni quiero
a éste Jesús del madero
sino al que anduvo en la mar!
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