El relato de lo ocuirrido durante años en este hospital inglés pone los pelos de punta. Y ese relato, en parte, lo ha hecho el propio primer ministro:"Había pacientes tan desesperados por el agua que bebían de floreros sucios", ha asegurado David Cameron en una declaración sobre el informe realizada en el Parlamento.
En sus palabras, lo acontecido en el hospital puede describirse como una serie de "fracasos clínicos y de gestión" y, por este motivo, Cameron ha pedido disculpas a afectados y familiares en nombre del Gobierno.
Por su parte, el autor del informe de 3.000 páginas, el abogado Robert Francis, asegura que se trata de una historia de sufrimiento "espantoso e innecesario" para cientos de personas. "El sistema ignoró las señales de advertencia y puso el interés corporativo y control de costos por delante de los pacientes y su seguridad", indica Francis.
"Los pacientes ancianos se quedaron sin alimentar o lavar. Fueron privados de dignidad y respeto. Algunos pacientes tuvieron que hacer sus necesidades en la cama, al no ofrecerles ayuda para ir al baño", explica. En el informe también se señala un control inadecuado del dolor por falta de analgésicos, la existencia de personal insuficientemente cualificado y otras muchas negligencias (el personal de recepción era quien decidía qué pacientes debían ingresar).
NI UNA DIMISIÓN... NI UN DESPIDO
Entre las 290 recomendaciones con las que concluye el informe de este experto, está la de crear un marco legal transparente en el que médicos y enfermeras comuniquen a los pacientes acerca de sus errores e infracciones que cometan.
Del mismo modo, Cameron ha informado de que se va a crear un nuevo puesto de inspector jefe de hospitales y de que se va a aplicar un nuevo régimen de inspecciones de cara al próximo otoño.
"Lo que hace que nuestro Sistema Nacional de Salud sea especial es que quien quiera que seas, de donde quiera que vengas (...) hay un lugar donde puedes ir", concluye Francis, que tienen previsto reunirse con algunas de las familias afectadas.
A pesar del escándalo, como recuerda el diario 'The Mirror' ninguno de los responsables, ni del hospital de Stafford, ni del sistema británico de salud durante aquellos cuatro años ha sido despedido o acusado formalmente de lo ocurrido. Otros ocho hospitales del país se encuentran bajo investigación para evaluar las tasas de fallecimientos
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