Ángel Carromero fue torturado en la prisión cubana donde permaneció secuestrado por el Régimen de losCastro durante cinco meses. Según le ha contado el propio dirigente de Nuevas Generaciones a Esperanza Aguirre, sólo se le permitía salir de su celda una vez cada 15 días y se le mantuvo permanentemente medicado con sedantes durante la mayor parte del tiempo.
Esa es la realidad de una dictadura tan deleznable como cualquier otra dictadura, a la que algunos desde aquí siguen justificando. El líder de IU, Cayo Lara, sin ir más lejos, ha dicho sobre la extradición de Carromero que el Régimen cubano, "tan denostado por tanta gente, ha demostrado con la acción que ha llevado a cabo tener un gesto de muy buena voluntad". Lamentable miseria moral compartida por un sector de la izquierda, la más extrema y cada vez mas abundante, que anda muy revuelta estos días en las redes sociales, que desea para Carromeroprácticamente la pena capital o la cadena perpetua y que pone en la misma balanza, sin vergüenza alguna, la democracia española y la tiranía cubana.
Ante la cantidad de barbaridades leídas y escuchadas creo que es de justicia hacer unas cuantas consideraciones:
1.- Cuba es una dictadura donde se violan de forma sistemática y organizada los derechos humanos de los ciudadanos. En las dictaduras, por definición, los procesos judiciales no tienen garantía alguna para el reo. Y menos aún si el reo es un político extranjero de signo contrario a la doctrina oficial del Régimen. Ese es el caso deCarromero. Ni la investigación del accidente, ni el posterior simulacro de juicio oral tienen la más mínima credibilidad.
2.- Carromero no es un asesino, ni siquiera un homicida, por cuanto la detención, investigación del caso y juicio oral carecen de garantías y, por tanto, son nulos de pleno derecho. Como cualquier persona, también Ángel Carromero tiene derecho a la presunción de inocencia y hasta que no se demuestren sus supuestos delitos es un ciudadano completamente honorable.
3.- Los familiares de los disidentes fallecidos, Oswaldo Payá y Harold Cepero, no han presentado denuncia alguna contra el político español. Es más, creen que el vehículo pudo ser objeto de un atentado y denuncian múltiples irregularidades en el traslado del cuerpo dePayá, la notificación del fallecimiento y las investigaciones posteriores. Por si fuera poco, aseguran que se les impidió la entrada al juicio oral contra Carromero. Casualmente algunos periodistas cubanos, no afines al Régimen, fueron detenidos cuando se disponían a cubrir ese mismo juicio.
4.- Es completamente falso, una mentira sin paliativos, que Carromero condujera sin carné cuando sucedió el supuesto accidente, el 22 de julio de 2012. El político había perdido ya todos los puntos del carné por diversas infracciones, pero legalmente aún podía conducir ya que no se había procedido de forma oficial a la retirada del permiso de conducción. La retirada efectiva tuvo lugar el 10 de agosto (18 días después del accidente) con la publicación de la resolución en el Boletín Oficial de la Comunidad de Madrid.
5.- España ha tenido que admitir la legalidad del procedimiento seguido en Cuba contraCarromero como requisito imprescindible para poder traerlo de vuelta a casa. En otras palabras, ha tenido que aceptar el chantaje. Eso implica que España, como un país democrático y respetuoso con las leyes, tiene que mantener en prisión a Carromero. Sin embargo, teniendo en cuenta todas las implicaciones del caso, se le debe aplicar la ley con la mayor laxitud y benevolencia posibles. A medida que aumenta el tiempo que pasa privado de libertad, aumenta también la injusticia cometida.
Muchos, desde la izquierda extrema, obvian todo esto y de igual forma que ven una conspiración política en el frente judicial abierto en las "dictatoriales" Suecia y Gran Bretaña contra Julian Assange (ya saben, el de Wikileaks), consideran inmaculado el proceso seguido en la "democrática" Cuba contra Carromero.
Por ejemplo, el diputado raso de IU Gaspar Llamazares, que considera que los que denuncian la tropelía cometida con Carromero "tienen la piel tan fina que, además de eludir el cumplimiento de la pena, pretenden que lo suyo no es homicidio y su autor fue un héroe". Y eso lo dice el mismo personaje que gritó a los cuatro vientos que ni respetaba ni acataba la sentencia del Tribunal Supremo español contra Garzón. Así nos luce el pelo.
Esa es la realidad de una dictadura tan deleznable como cualquier otra dictadura, a la que algunos desde aquí siguen justificando. El líder de IU, Cayo Lara, sin ir más lejos, ha dicho sobre la extradición de Carromero que el Régimen cubano, "tan denostado por tanta gente, ha demostrado con la acción que ha llevado a cabo tener un gesto de muy buena voluntad". Lamentable miseria moral compartida por un sector de la izquierda, la más extrema y cada vez mas abundante, que anda muy revuelta estos días en las redes sociales, que desea para Carromeroprácticamente la pena capital o la cadena perpetua y que pone en la misma balanza, sin vergüenza alguna, la democracia española y la tiranía cubana.
Ante la cantidad de barbaridades leídas y escuchadas creo que es de justicia hacer unas cuantas consideraciones:
1.- Cuba es una dictadura donde se violan de forma sistemática y organizada los derechos humanos de los ciudadanos. En las dictaduras, por definición, los procesos judiciales no tienen garantía alguna para el reo. Y menos aún si el reo es un político extranjero de signo contrario a la doctrina oficial del Régimen. Ese es el caso deCarromero. Ni la investigación del accidente, ni el posterior simulacro de juicio oral tienen la más mínima credibilidad.
2.- Carromero no es un asesino, ni siquiera un homicida, por cuanto la detención, investigación del caso y juicio oral carecen de garantías y, por tanto, son nulos de pleno derecho. Como cualquier persona, también Ángel Carromero tiene derecho a la presunción de inocencia y hasta que no se demuestren sus supuestos delitos es un ciudadano completamente honorable.
3.- Los familiares de los disidentes fallecidos, Oswaldo Payá y Harold Cepero, no han presentado denuncia alguna contra el político español. Es más, creen que el vehículo pudo ser objeto de un atentado y denuncian múltiples irregularidades en el traslado del cuerpo dePayá, la notificación del fallecimiento y las investigaciones posteriores. Por si fuera poco, aseguran que se les impidió la entrada al juicio oral contra Carromero. Casualmente algunos periodistas cubanos, no afines al Régimen, fueron detenidos cuando se disponían a cubrir ese mismo juicio.
4.- Es completamente falso, una mentira sin paliativos, que Carromero condujera sin carné cuando sucedió el supuesto accidente, el 22 de julio de 2012. El político había perdido ya todos los puntos del carné por diversas infracciones, pero legalmente aún podía conducir ya que no se había procedido de forma oficial a la retirada del permiso de conducción. La retirada efectiva tuvo lugar el 10 de agosto (18 días después del accidente) con la publicación de la resolución en el Boletín Oficial de la Comunidad de Madrid.
5.- España ha tenido que admitir la legalidad del procedimiento seguido en Cuba contraCarromero como requisito imprescindible para poder traerlo de vuelta a casa. En otras palabras, ha tenido que aceptar el chantaje. Eso implica que España, como un país democrático y respetuoso con las leyes, tiene que mantener en prisión a Carromero. Sin embargo, teniendo en cuenta todas las implicaciones del caso, se le debe aplicar la ley con la mayor laxitud y benevolencia posibles. A medida que aumenta el tiempo que pasa privado de libertad, aumenta también la injusticia cometida.
Muchos, desde la izquierda extrema, obvian todo esto y de igual forma que ven una conspiración política en el frente judicial abierto en las "dictatoriales" Suecia y Gran Bretaña contra Julian Assange (ya saben, el de Wikileaks), consideran inmaculado el proceso seguido en la "democrática" Cuba contra Carromero.
Por ejemplo, el diputado raso de IU Gaspar Llamazares, que considera que los que denuncian la tropelía cometida con Carromero "tienen la piel tan fina que, además de eludir el cumplimiento de la pena, pretenden que lo suyo no es homicidio y su autor fue un héroe". Y eso lo dice el mismo personaje que gritó a los cuatro vientos que ni respetaba ni acataba la sentencia del Tribunal Supremo español contra Garzón. Así nos luce el pelo.
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