El nuevo año llega cargado de malas noticias para los ahorradores. Al menos, para aquellos que confían sus ahorros al banco en busca de una rentabilidad relativamente generosa y sin riesgo.
Cansado de la denominada guerra del pasivo, popularizada por los superdepósitos al 4% y 5% y por las cuentas remuneradas, el Banco de España ha dicho a las entidades que deben poner coto a estas políticas comerciales.
Aunque el organismo regulador asegura que no ha enviado ninguna comunicación escrita a los bancos, éstos admiten haber recibido ya las directrices de manera verbal y prevén que en breve haya una circular escrita que será de obligado cumpliento.
A la espera de que el Banco de España aclare la letra pequeña de sus nuevas exigencias, la realidad es que las entidades están retirando de manera masiva sus superdepósitos y las generosas condiciones de sus cuentas.
Todo un golpe para los pequeños ahorradores, que tras escándalos comoLehman o las preferentes habían limitado el destino de su dinero a estas dos fórmulas de ahorro tradicionales.
Además, según fuentes financieras consultadas por lainformacion.com, lejos de imponer unos límites estrictos para todos los clientes, el Banco de España ha optado por dejar a las entidades hacer políticas comerciales en función del tipo de cliente.
Es decir, que aquellos que cuenten con un mayor patrimonio o una mayor vinculación con la entidad podrán recibir ofertas que superen el citado límite del 3%, mientras que quienes tengan un menor poder de negociación deberán conformarse con gratificaciones menores.
Lo mismo ocurre con las cuentas remuneradas, que serán más generosas con los clientes más pudientes, mientras que empeorarán sus condiciones para los menos poderosos.
Suma y sigue, porque este palo al ahorro tradicional llega en un momento en el que, además, las entidades se están preparando para un alza de las comisiones.
Según ha podido saber HelpMyCash, varias entidades están aplicando ya de manera masiva comisiones por el cierre de cuentas, por ejemplo, y tienen en la recamára empezar a cobrar por diversos servicios en función del poder negociador de cada cliente.
De hecho, la nueva realidad comercial podría resumirse que frente a la exigencia de mayores rentabilidades por parte de los clientes, los bancos les responderán que ya deben sentirse afortunados por no pagar determinadas cuotas.
Con estas prácticas, las entidades esperan mejorar sus ingresos sin poner en juego sus balances, un riesgo que, en cambio, sí estaban asumiendo con la guerra del pasivo. De ahí que tanto Europa como el Banco de España hayan decidido ponerle coto.
Este cambio en la política comercial de la banca llega, además, en un momento en el que la tasa de ahorro de las familias se encuentra en mínimos históricos.
Según datos del INE (Instituto Nacional de Estadística), entre los meses de abril y junio de 2012, la tasa de ahorro de los hogares se situó en el 7,6% de su renta disponible, 2,6 puntos menos que en el mismo período de 2011.
A partir de ahora, a la decreciente capacidad de ahorro de los españoles se sumará la falta de ofertas para sacar algo de juego a sus euros
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