«El vomitorio era una ratonera», coinciden los testigos y los investigadores de la tragedia de la fiesta de Halloween celebrada en el Madrid Arena, que de momento se ha cobrado la vida de cuatro jóvenes, una de ellas menor. Y es que el estudio que ha hecho la Policía de lo sucedido en el pabellón de titularidad municipal revela que el diseño del edificio agravó las consecuencias de un suceso que, por otra parte, los encargados del caso atribuyen a múltiples causas.
«El recinto no está diseñado para que haya movimientos de masas en su interior, sino para que la gente entre y salga de zonas muy concretas que se les haya asignado previamente», sostienen las fuentes consultadas por ABC. «Cuando a las tres de la madrugada se produjo la entrada masiva de la gente que estaba haciendo botellón en las inmediaciones —hasta dos mil personas pudieron colarse, según los porteros—, se produjo el choque de dos corrientes de personas: aquellos que querían bajar a la pista desde las gradas, y los recién llegados que querían acceder a ella a toda costa, muchos de ellos además bajo la influencia del alcohol». En ese momento se demostró lo que ya se tenía que haber previsto con anterioridad: que el pabellón no está diseñado para absorber este tipo de flujos, de forma que se produjo, primero, el colapso en el pasillo, y luego la caída de decenas de jóvenes, unos encima de otros.
Pero ni siquiera estos dos factores explicarían por sí solos la tragedia. A ellos hay que unir el lanzamiento de hasta tres bengalas —se ha recuperado una carcasa—, lo que provocó también movimientos de personas atemorizadas, y un exceso de aforo.
En este punto, el atestado policial enviado ayer al juez no indica que se haya producido falsificación de entradas o que se hayan duplicado, como aseguran algunos testigos. De hecho, el estudio de las mismas no ha aportado evidencias en un sentido u otro, por lo que habrá que esperar al avance de la investigación para determinar este extremo.
Y además hay otro elemento: la entrada masiva de personas desde el exterior se vio facilitada por el hecho de que buena parte del personal de seguridad había entrado en la pista para responder al lanzamiento de las bengalas.
La influencia del macrobotellón que había en las inmediaciones fue importante. La Policía Municipal era la encargada de evitarlo, pero las fuentes consultadas por ABC consideran que una intervención podía provocar incidentes importantes en la zona, y la dotación enviada a la zona era muy pequeña.
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