“Es el primer retrato íntimo del alma de nuestro monarca, pintado con los pinceles de sus mismas palabras”. Así resume el periodista navarroFermín J. Urbiola su obra “Palabra de Rey” (Ed. Espasa). Se trata de una biografía que enhebra con agilidad episodios muy relevantes en lahistoria reciente de España. Cuando la imagen de la monarquía parece resentirse en las encuestas, Urbiola lanza un relato personal e histórico con un ambicioso propósito: “que la gente de mi generación, niños en los setenta, sepan que nuestro rey es una figura irrepetible en la Historia deEspaña. Y que nuestros mayores recuerden su figura excepcional”.
“EL REY PASÓ 20 AÑOS HACIÉNDOSE EL TONTO”
En su lecho de muerte, Franco sólo le pide al Rey que preserve la unidad de España. ¿Cómo vive el Rey la deriva separatista de Barcelona?
Con grandísimo dolor, como todos los españoles, pero sin cejar en su empeño por intentar unir, aun a costa de soportar feos como el que le hizo Mas hace unas semanas, cuando no quiso posar a su lado en una foto.
El Rey confiesa que en tiempos de Franco pasó “20 años haciéndose el tonto”. ¿Eso fue una virtud?
Sin duda, y no podría haberla ejercido de forma tan excepcional sin el apoyo de la reina Sofía. Ella había mamado desde pequeña las cualidades de una reina en el Palacio griego de Tatoi. Sabía cómo permanecer callada en el momento oportuno. Guardar silencio no es fácil para nadie, y menos en aquellos tiempos para el príncipe, pero doña Sofía le ayudó mucho. Sobre todo en su trato con Franco, del que como buen gallego nunca se sabía si iba o venía; era como para cortarse las venas.
¿Sigue pensando el Rey que doña Sofía “es una gran profesional”?
En mi libro explico cómo él reconoce que aquellas palabras no gustaron mucho a la Reina, pero dice algo muy serio: “no sólo es una excelente profesional, es que debe serlo”. Y añade algo más importante todavía: “es una grandísima mujer de familia” y la describe como “la mujer leal que ha estado siempre de mi parte”.
El Rey no se defiende ante los rumores de sus relaciones extramatrimoniales o las disensiones en el interior de su familia. ¿Debe hacerlo?
Ha respondido ya. Ha dicho que debemos ser ejemplares e iguales ante la justicia.
FAMILIA REAL... ¿Y EJEMPLAR?
La familia real se ha distanciado del concepto que tenemos todos de “familia ejemplar”. ¿Se está alejando también de la sociedad?
Más bien lo contrario. La Reina cae muy bien, y se ha ganado el cariño a pulso desde hace muchos años. La camarilla de Franco no la soportaba: la llamaban “la extranjera”, “la griega”, e incluso “la hereje”, por ser de religión ortodoxa. Ella y su marido recorrieron el país de norte a sur para acercarse a los españoles y se ganaron su cariño y respeto. Ese mismo cariño y respeto se lo ha ganado el Rey no sólo por pedir disculpas, sino también porque ha sabido rectificar. Pero en el caso del Rey se cumple el refrán: “suena más un árbol que cae que miles que crecen”.
“Palabra de Rey” no aborda estas cuestiones escabrosas que hoy copan las portadas de muchos medios.
Si se me escapan detalles íntimos de amigos míos del alma, ¡cómo no se me va a escapar de alguien que no lo es! En esos terrenos no entro: no tengo datos objetivos ni evidencias absolutas. Además, me da mucho pudor. En España ya tenemos demasiado periodismo “Sálvame”. En mi libro ofrezco datos, todos contrastados. He hablado con muchas personas, que de verdad conocen al Rey. He investigado, leído, estudiado documentos…
“EL REY AGRADECE A FRANCO LO QUE DECÍA EN SU TESTAMENTO”
¿Que piensa el Rey del hecho de ser el sucesor de un dictador al que la mayoría de partidos políticos condenan?
Esa visión no es real: él no quiere los poderes dictatoriales recibidos de Franco, sino que los devuelve al pueblo. Ni siquiera aceptó la posibilidad de una “dictablanda”. Quiso quedarse “con menos poderes que el rey de Suecia”, si así se podía crear una concordia entre todos los españoles, y devolvernos la capacidad de decidir por nosotros mismos. El Rey no deseaba reinar en un país de vencedores ni de vencidos. El rey quería serlo de todos los españoles. En aquel momento nadie creía que pudiera conseguirlo, pero ahora lo estamos disfrutando todos.
Tras leer su libro, no parece que el juicio del rey con Franco sea severo.
Su relación con Franco es poliédrica. Mantiene un trato cercano, pero a la vez sufre el rechazo de quienes rodeaban al general. Le agradece a Franco que le haya hecho llegar su testamento a través de su propia hija, Carmencita, y por haber pedido a todo el mundo que “se pusieran del lado del futuro rey”. Pero tampoco puede olvidar que su padre, don Juan, estaba en el exilio. No fue una relación fácil la suya con Franco.
¿Se puede decir que el Rey tuvo una infancia traumática?
Considerando que desde niño fue una ficha en un tablero de ajedrez, sí, podemos decir que su infancia fue traumática. Llegó a somatizar el sufrimiento: padeció terribles dolores de cabeza y de oído. Se movía de aquí para allá según los deseos de un general que gobernaba España y un rey en el exilio. Fue durísima la lejanía de sus padres, con ocho años se queda solo en el internado Ville Saint-Jean de Friburgo y desde los diez viaja y vive sin su familia en España.
“EL REY PASÓ 20 AÑOS HACIÉNDOSE EL TONTO”
En su lecho de muerte, Franco sólo le pide al Rey que preserve la unidad de España. ¿Cómo vive el Rey la deriva separatista de Barcelona?
Con grandísimo dolor, como todos los españoles, pero sin cejar en su empeño por intentar unir, aun a costa de soportar feos como el que le hizo Mas hace unas semanas, cuando no quiso posar a su lado en una foto.
El Rey confiesa que en tiempos de Franco pasó “20 años haciéndose el tonto”. ¿Eso fue una virtud?
Sin duda, y no podría haberla ejercido de forma tan excepcional sin el apoyo de la reina Sofía. Ella había mamado desde pequeña las cualidades de una reina en el Palacio griego de Tatoi. Sabía cómo permanecer callada en el momento oportuno. Guardar silencio no es fácil para nadie, y menos en aquellos tiempos para el príncipe, pero doña Sofía le ayudó mucho. Sobre todo en su trato con Franco, del que como buen gallego nunca se sabía si iba o venía; era como para cortarse las venas.
¿Sigue pensando el Rey que doña Sofía “es una gran profesional”?
En mi libro explico cómo él reconoce que aquellas palabras no gustaron mucho a la Reina, pero dice algo muy serio: “no sólo es una excelente profesional, es que debe serlo”. Y añade algo más importante todavía: “es una grandísima mujer de familia” y la describe como “la mujer leal que ha estado siempre de mi parte”.
El Rey no se defiende ante los rumores de sus relaciones extramatrimoniales o las disensiones en el interior de su familia. ¿Debe hacerlo?
Ha respondido ya. Ha dicho que debemos ser ejemplares e iguales ante la justicia.
FAMILIA REAL... ¿Y EJEMPLAR?
La familia real se ha distanciado del concepto que tenemos todos de “familia ejemplar”. ¿Se está alejando también de la sociedad?
Más bien lo contrario. La Reina cae muy bien, y se ha ganado el cariño a pulso desde hace muchos años. La camarilla de Franco no la soportaba: la llamaban “la extranjera”, “la griega”, e incluso “la hereje”, por ser de religión ortodoxa. Ella y su marido recorrieron el país de norte a sur para acercarse a los españoles y se ganaron su cariño y respeto. Ese mismo cariño y respeto se lo ha ganado el Rey no sólo por pedir disculpas, sino también porque ha sabido rectificar. Pero en el caso del Rey se cumple el refrán: “suena más un árbol que cae que miles que crecen”.
“Palabra de Rey” no aborda estas cuestiones escabrosas que hoy copan las portadas de muchos medios.
Si se me escapan detalles íntimos de amigos míos del alma, ¡cómo no se me va a escapar de alguien que no lo es! En esos terrenos no entro: no tengo datos objetivos ni evidencias absolutas. Además, me da mucho pudor. En España ya tenemos demasiado periodismo “Sálvame”. En mi libro ofrezco datos, todos contrastados. He hablado con muchas personas, que de verdad conocen al Rey. He investigado, leído, estudiado documentos…
“EL REY AGRADECE A FRANCO LO QUE DECÍA EN SU TESTAMENTO”
¿Que piensa el Rey del hecho de ser el sucesor de un dictador al que la mayoría de partidos políticos condenan?
Esa visión no es real: él no quiere los poderes dictatoriales recibidos de Franco, sino que los devuelve al pueblo. Ni siquiera aceptó la posibilidad de una “dictablanda”. Quiso quedarse “con menos poderes que el rey de Suecia”, si así se podía crear una concordia entre todos los españoles, y devolvernos la capacidad de decidir por nosotros mismos. El Rey no deseaba reinar en un país de vencedores ni de vencidos. El rey quería serlo de todos los españoles. En aquel momento nadie creía que pudiera conseguirlo, pero ahora lo estamos disfrutando todos.
Tras leer su libro, no parece que el juicio del rey con Franco sea severo.
Su relación con Franco es poliédrica. Mantiene un trato cercano, pero a la vez sufre el rechazo de quienes rodeaban al general. Le agradece a Franco que le haya hecho llegar su testamento a través de su propia hija, Carmencita, y por haber pedido a todo el mundo que “se pusieran del lado del futuro rey”. Pero tampoco puede olvidar que su padre, don Juan, estaba en el exilio. No fue una relación fácil la suya con Franco.
¿Se puede decir que el Rey tuvo una infancia traumática?
Considerando que desde niño fue una ficha en un tablero de ajedrez, sí, podemos decir que su infancia fue traumática. Llegó a somatizar el sufrimiento: padeció terribles dolores de cabeza y de oído. Se movía de aquí para allá según los deseos de un general que gobernaba España y un rey en el exilio. Fue durísima la lejanía de sus padres, con ocho años se queda solo en el internado Ville Saint-Jean de Friburgo y desde los diez viaja y vive sin su familia en España.
¿Se recuperó el Rey del golpe ocasionado por el disparo fortuito que mató a su hermano?
De una experiencia tan trágica, como aquella de en Villa Giralda, nunca te recuperas. La pistola semiatomática Star de 6,35 milímetros, con la que «jugueteaban» afinando su puntería los dos hermanos, Juanito y Alfonso, terminó con la vida de éste y noqueó, hundió y desbordó mental y sentimentalmente al príncipe Juanito. El padre, Don Juan, tiró la Star al mar y ahogó su tristeza navegando. Doña María de las Mercedes, la madre, sufrió una fuerte depresión de la que fue tratada durante meses en una clínica próxima a Fráncfort. Hubo, por entonces, algún comentario en relación a que el príncipe consideraba la posibilidad de renunciar a todo y que, incluso, pensó retirarse a un monasterio…
De una experiencia tan trágica, como aquella de en Villa Giralda, nunca te recuperas. La pistola semiatomática Star de 6,35 milímetros, con la que «jugueteaban» afinando su puntería los dos hermanos, Juanito y Alfonso, terminó con la vida de éste y noqueó, hundió y desbordó mental y sentimentalmente al príncipe Juanito. El padre, Don Juan, tiró la Star al mar y ahogó su tristeza navegando. Doña María de las Mercedes, la madre, sufrió una fuerte depresión de la que fue tratada durante meses en una clínica próxima a Fráncfort. Hubo, por entonces, algún comentario en relación a que el príncipe consideraba la posibilidad de renunciar a todo y que, incluso, pensó retirarse a un monasterio…
"EN ZARZUELA NO HAY SEMÁFOROS ROJOS NI VERDES”
¿Es una biografía autorizada por el Rey?
En Zarzuela no hay ni semáforos rojos ni verdes.
Lo que quiero preguntar es si el Rey está más preocupado por su imagen, sobre todo después de los últimos escándalos en torno a la familia real.
Por supuesto que le preocupa lo que piensa la gente sobre la Corona, pero por encima de eso el Rey tiene una grandísima preocupación, que es España. Quizá aquí, en esta convicción del rey de su compromiso por España radica el mayor interés del libro, creo, sobre todo para los jóvenes. Reconociendo sus defectos, también, como humano que es.
Ellos son la franja de la población más alejada de la monarquía española...
Los jóvenes (y no tan jóvenes) son los que menos la conocen. Por eso no tienen muy claro cuál es su papel. Yo era muy pequeño cuando el Rey accedió al trono y no tengo ningún recuerdo de todo lo que hizo en la Transición. Y hoy, al conocerlo mejor que antes de escribir el libro, me he dado cuenta de su compromiso personal, el de nuestro rey con España.
¿Y qué conclusión saca usted después de haber investigado la vida del Rey?
Que es una figura irrepetible en la historia de España, de esas que en siglos no volverá a aparecer y de esas que a lo largo del tiempo estudiaremos porque hizo algo insólito: recibir todos los poderes de un dictador y depositarlos en el pueblo. ¿Nos damos cuenta de lo que eso supone? Ahí arranca la Transición. Es una figura irrepetible también porque fue capaz de unir a los españoles. Al tiempo que legaliza al Partido Comunista, logra que los vencedores de la Guerra Civil no se conviertan “en los vencidos de la democracia”. Es un rey capaz de despedirse agradecido de Carrillo, en su capilla ardiente, y de recibir en la escalerilla de un avión al Papa. Qué te puedo decir, a mí me gusta ese líder para España.
“¡LO QUE ME QUEDA POR HACER!”
¿Por qué no abdica el rey en su hijo? Él tiene casi 75 años, edad de sobra para jubilarse. La gente lo vería bien, ¿no?
Sí, sobre todo en una sociedad como la nuestra enganchada a lo joven, lo poco arrugado, lo nuevo... esto es lo que se admira en nuestra sociedad. Pero sinceramente creo que no hay español ni europeo en el mundo que tenga mejor agenda de contactos y mejor entrada a cualquier parte del mundo que el Rey Juan Carlos. El príncipe Felipe le ayuda mucho en sus tareas, y le está dando paso. Lo lleva haciendo desde hace tiempo.
O sea, que don Juan Carlos se morirá de Rey, y no de Conde de Barcelona.
No hay más que verle esta semana, que está de viaje en la India, encabezando una delegación de empresarios. Se ha llevado consigo a cuatro ministros. Trabaja en su pasión: servir a España. Yo no estoy en su cabeza, pero sólo te transmito algo que me dijo en la recepción del 12 de octubre en el Palacio Real: “¡y lo que me queda por hacer!”.
¿Es una biografía autorizada por el Rey?
En Zarzuela no hay ni semáforos rojos ni verdes.
Lo que quiero preguntar es si el Rey está más preocupado por su imagen, sobre todo después de los últimos escándalos en torno a la familia real.
Por supuesto que le preocupa lo que piensa la gente sobre la Corona, pero por encima de eso el Rey tiene una grandísima preocupación, que es España. Quizá aquí, en esta convicción del rey de su compromiso por España radica el mayor interés del libro, creo, sobre todo para los jóvenes. Reconociendo sus defectos, también, como humano que es.
Ellos son la franja de la población más alejada de la monarquía española...
Los jóvenes (y no tan jóvenes) son los que menos la conocen. Por eso no tienen muy claro cuál es su papel. Yo era muy pequeño cuando el Rey accedió al trono y no tengo ningún recuerdo de todo lo que hizo en la Transición. Y hoy, al conocerlo mejor que antes de escribir el libro, me he dado cuenta de su compromiso personal, el de nuestro rey con España.
¿Y qué conclusión saca usted después de haber investigado la vida del Rey?
Que es una figura irrepetible en la historia de España, de esas que en siglos no volverá a aparecer y de esas que a lo largo del tiempo estudiaremos porque hizo algo insólito: recibir todos los poderes de un dictador y depositarlos en el pueblo. ¿Nos damos cuenta de lo que eso supone? Ahí arranca la Transición. Es una figura irrepetible también porque fue capaz de unir a los españoles. Al tiempo que legaliza al Partido Comunista, logra que los vencedores de la Guerra Civil no se conviertan “en los vencidos de la democracia”. Es un rey capaz de despedirse agradecido de Carrillo, en su capilla ardiente, y de recibir en la escalerilla de un avión al Papa. Qué te puedo decir, a mí me gusta ese líder para España.
“¡LO QUE ME QUEDA POR HACER!”
¿Por qué no abdica el rey en su hijo? Él tiene casi 75 años, edad de sobra para jubilarse. La gente lo vería bien, ¿no?
Sí, sobre todo en una sociedad como la nuestra enganchada a lo joven, lo poco arrugado, lo nuevo... esto es lo que se admira en nuestra sociedad. Pero sinceramente creo que no hay español ni europeo en el mundo que tenga mejor agenda de contactos y mejor entrada a cualquier parte del mundo que el Rey Juan Carlos. El príncipe Felipe le ayuda mucho en sus tareas, y le está dando paso. Lo lleva haciendo desde hace tiempo.
O sea, que don Juan Carlos se morirá de Rey, y no de Conde de Barcelona.
No hay más que verle esta semana, que está de viaje en la India, encabezando una delegación de empresarios. Se ha llevado consigo a cuatro ministros. Trabaja en su pasión: servir a España. Yo no estoy en su cabeza, pero sólo te transmito algo que me dijo en la recepción del 12 de octubre en el Palacio Real: “¡y lo que me queda por hacer!”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario