El Gobierno ha pasado de la insinuación velada a la acusación explícita en la 'guerra de las gasolinas'. El Ministerio de Industria, que dirige José Manuel Soria, llevó ayer al Consejo de Ministros un informe que apuntala las sospechas expresadas esta misma semana por varios miembros del Ejecutivo: que el margen de las petroleras está detrás del alza en el precio de los carburantes.
El informe descompone el peso de cada uno de los factores que configuran el precio de un litro de gasolina. Tomando como referencia el coste medio de un litro de la variedad Super de 95 octanos, 1,512 euros, Industria concluye que 0,693 euros corresponden a impuestos; 0,669 euros, al precio internacional del combutible; y, finalmente, 0,150 euros al margen de beneficio que se reservan las petroleras.
Lo que parece avalar las sospechas del Ejecutivo es la comparación de estas magnitudes con la media europea. Cuando un conductor de un país de la UE reposta combustible paga por cada litro de combustible, 0,926 euros en impuestos; 0,668 euros en concepto de preciosinternacionales del combustible; y únicamente 0,133 euros a la compañía propietaria de la estación de servicio.
Estas cifras confirman dos realidades. Una, ya conocida. Que la fiscalidad del combustible en España es sensiblemente inferior a la que se aplica en los países de nuestro entorno más inmediato, aún después de la subida del IVA. La segunda es que la parte de la factura final que se lleva la compañía es también superior a lo que se estila en el resto de la Unión Europea.
¿Cómo afecta esto a los conductores españoles? En el precio que pagan. Se puede afirmar que cada vez que un conductor llena el depósito en una estación de servicio españolapaga un euro más de lo que abonaría si la estación de servicio se llevara el mismo margen que se aplican la común de las compañías europeas. En un ejercicio teórico calculado para un coche con un depósito de 50 litros y con el precio de la gasolina de 95 octanos tomado como referencia (1,512 euros), el coste actual de llenar el depósito sería de 75,6 euros y se reduciría hasta los 74,7 euros con un margen de beneficio europeo.
"Tampoco ofrecemos los mismos servicios", protestan desde las grandes compañías, que recuerdan que la atención y los servicios extra que se ofrecen en sus establecimientos tienen un coste que no aparece en las estadísticas, como tampoco aparecen los gastos de personal. Además, dice, la subida de precios de los últimos días se ha debido al IVA no a sus márgenes de beneficio.
Medidas para bajar los precios
El Gobierno parece decidido, en cualquier caso, a acabar con esta presunta anomalía y ha anunciado que en las próximas semanas adoptará actuaciones en diferentes ámbitos para tratar de suavizar el precio de los combustibles, ante la evidencia de que, como señaló esta semana el ministro de Economía, Luis de Guindos, el precio del combustible sube como un cohete cuando se encarece el petrólero y baja como una pluma, cuando éste se abarata, y tras registrarse un nuevo record de precios.
En el plano legislativo, los esfuerzos del Gobierno se centrarán en aumentar la competencia en el sector. En este campo, se revisarán los contratos de abanderamiento que regulan la relación entre los propietarios de las estaciones de servicios y las grandes compañías que les surten de carburante. Estos contratos han sido un nicho de prácticas irregulares como han demostrado diferentes resoluciones de la Comisión Nacional de Competencia.
La intención del Ejecutivo es también revisar el sistema de concesión de estaciones de servicio en autopistas y autovías para dar cabida a nuevos operadores. Incluso se actuará sobre el marco fiscal estableciendo algún tipo de mecanismo que estimule la contención de márgenes por parte de las compañías, presumiblemente primando a las estaciones con precios más bajos.
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