Un electricista ha sido detenido como presunto responsable de la desaparición del Códice Calixtino ("Liber Sancti Iacobi"), del que se cumple ahora un año, que durante 800 años custodió la Catedral de Santiago.
También su mujer e hijo, detenidos por la tarde, podrían ser considerados cómplices, han informado fuentes próximas a la investigación. A ellos se suma la detención de una cuarta persona, una mujer que no es parte de la familia, que se especula que podría ser la compañera sentimental del hijo del electricista.
Según fuentes de la investigación, el arrestado, ex empleado del templocompostelano despedido cuando el poder eclesiástico se vio forzado a regularizar la situación laboral de sus trabajadores, es considerado desde hace meses autor material del robo de esta guía de peregrinos de incalculable valor.
Las pesquisas se centraron desde el principio en el estrecho círculo de aquellos que tenían acceso a esta pieza. Una docena de agentes se han dedicado en exclusiva a este caso, que acumula prolongados interrogatorios (a más de setenta personas), cientos de horas de grabaciones y registros.
La Brigada Central de Patrimonio ha desarrollado su trabajo dentro del más absoluto hermetismo, merced al secreto de sumario.
Esta semana, la Policía, que seguía prudentemente su pista, ha realizado registros en algunas de las propiedades de esta familia situadas en las provincias de A Coruña y Pontevedra.
En ellas, los agentes han encontrado monedas y vestigios procedentes de la Catedral, así como una "elevadísima suma de dinero".
La Voz de Galicia informa en su página web de que la Policía encontró, en registros realizados en propiedades del detenido ubicadas en Negreira y O Grove, "una cantidad de dinero cercana al millón de euros", lo que señala que podría indicar que el Códice Calixtino hubiese sido vendido porque "el sospechoso, al parecer, no contaba con ingresos que permitiesen disponer de esa cifra".
Además, en las intervenciones policiales fueron localizadas ocho copias del códice, señalaron las fuentes de la investigación consultadas.
Aún no se ha recuperado la pieza
También han comentado estas fuentes que el detenido "no se muestra muy dispuesto a colaborar" y que todavía no ha sido recuperada esta joya histórica, artística y religiosa del siglo XII, a la que este electricista incluso habría llegado a poner precio, aproximadamente 40.000 euros, cantidad que, según él, el templo gallego le adeudaba por sus trabajos.
El director del Museo de la Catedral de Santiago, Ramón Yzquierdo, siempre defendió como "posibilidad más factible" que el Códice haya desaparecido por la acción de alguna persona del entorno próximo a la propia basílica.
El deán de la Catedral, José María Díaz, declaró el lunes, un día antes de que se conociesen estas detenciones, que "por órdenes superiores" no podía pronunciarse sobre este asunto, y que tampoco era "lo más conveniente" para su salud.
Díaz era el responsable del Archivo Catedralicio y, por ende, del Códice, en el momento de la desaparición. Las escasas medidas de seguridad del habitáculo donde se guardaba esta pieza y la polémica generada con las llaves -varios medios publicaron que estaban puestas en la cerradura- provocaron su dimisión como guardador, aceptada por el arzobispo de Santiago, Julián Barrio.
La Fiscalía de Galicia llegó a recomendar a la Iglesia la elaboración de un inventario de todo su patrimonio y la custodia en cajas fuertes de las reliquias de mayor interés solamente veinte días después de la desaparición del Códice.
Sin embargo, y a un año vista, ningún obispado gallego se ha sumado a esta propuesta, denominada "Iglesia Segura, Patrimonio Protegido". Solamente el Obispado de Astorga, que tiene jurisdicción sobre algunos territorios en Galicia, se ha adherido a este protocolo de prevención que busca prevenir más expolios.
"Pobres" medidas de seguridad
El Códice Calixtino estaba en una sala acorazada, pero dentro de un recinto con relajadas medidas de seguridad, y el supuesto responsable del robo era conocedor de esta "pobre protección", según han contado fuentes próximas a la investigación.
El juez instructor de este caso, el magistrado gallego José Antonio Vázquez Taín, se ha mostrado estos casi 365 días partidario de "tejer las cosas" despacio, "siendo muy meticuloso". Únicamente cuando se ha comprobado que el sospechoso no cooperaría de ningún modo, se ha procedido a la detención. Pero esta falta de colaboración había sido detectada mucho antes de su arresto.
Las indagaciones para dar con el Códice continúan, y la consigna es, "precaución y cautela" para que un paso en falso no ponga en peligro este documento.
A lo largo de este año, las conjeturas sobre este suceso han sido muchas, las principales un robo por encargo a petición de un coleccionista privado y una venganza personal entre miembros de la Iglesia.
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