Me parece que se está perdiendo la costumbre de sacar un pañuelo blanco por la ventana cuando en el coche va una mujer a punto de dar a luz. Yo lo he visto en películas de Paco Martínez Soria, pero creo que ya no está de moda. Ahora bien, creo que es el momento de instaurar un nuevo método para cuando vamos con prisa pero no hay una mujer encinta dentro de un coche: ¿que llegamos tarde al fútbol? Sacamos por la ventana la camiseta de Secretario o Bogarde. ¿Que nos esperan nuestros padres en casa con las croquetas y se van a enfriar? Sacamos un delantal de esos graciosos. Y, sobre todo… ¿que vamos a pillar con alguien? Pues ondeamos un tanga rojo (de chica o chico, según quien nos espere) y pisamos a fondo con la esperanza de que los coches se aparten.
Sí, ríanse, ríanse, pero si esto que os propongo lo hubiesemos oficializado ya nuestro amigoZachary Ramirez se habría ahorrado un problema. El pobre fue detenido en un pueblo de Estados Unidos cuando circulaba a 178 km/h en una zona donde el máximo era 72 km/h y la única explicación que dio a la Policía fue: “Iba a tener sexo con una chica que me gusta…”. Imagino que tenía la esperanza de enternecer a los agentes, pero no funcionó. La vida en Naperville, Illinois (EE UU), es dura.
Probablemente no funcionó porque eran las 2 de la mañana del sábado y los agentes, en lo último en que pensaban, era en tener marcha esa noche. O porque solo contemplan rebasar los límites de velocidad cuando vas a por unos donuts. A saber. Ya sabéis que eso de que la gente se lo quiera pasar bien mientras tú estás trabajando molesta a veces.
El caso es que Zachary, de 21 años, iba excitado por dentro y por fuera, y le costó caro. Según el sargento Gregg Bell, de la Policía de Naperville, “cuando fue detenido, un agente le preguntó a dónde iba tan deprisa” (una pregunta muy de película americana) y él respondió que iba a “acostarse con una chica que le gustaba”. Me da que la última vez que pilló Zachary aún echaban El equipo A por la tele.
Al final la jugada le salió realmente mal al pobre Ramirez, porque no solo llegó tarde a su cita, sino que además empezó a acumular los cargos: conducción temeraria, exceso de velocidad, saltarse un stop, posesión de marihuana (llevaba un poco en el coche, supongo que por si encontraba tráfico y le tocaba volar)… en total, un mal rato y libertad bajo fianza tras apoquinar 1.500 euros.
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