José María Martos, José Antonio Pinilla, Ignacio Méndez, José Luis González y Pedro Díaz muestran uno de los pantalones quemados y los partes médicos. :: J. V. ARNELAS
El autor de los hechos quiere pedir disculpas públicamente a todos y asegura que se siente moralmente destrozado
Los cofrades afectados por los cohetes temieron que la explosión pudiese causar una catástrofe
Pedro Díaz tendrá que estar con un tratamiento para el oído durante 30 días, pero aún no sabe las secuelas finales que tendrá para él la explosión de cohetes que se produjo durante la procesión del Domingo de Resurección. Como Pedro, que es capataz de la hermandad del Santísimo Cristo Resucitado, otros ocho miembros de la cofradía han sufrido lesiones por pérdida auditiva, daños en el tímpano o quemaduras. Además, otras 12 personas sufrieron molestias leves de audición.
Todo sucedió cuando la imagen del Resucitado volvía en procesión a la iglesia de San Agustín por la calle Francisco Pizarro. A la altura del número 17, de repente se produjo el caos. Eran las 15.20 horas. Iban revirando el paso, justo en un momento delicado porque se trata de una calle muy estrecha, cuando de pronto cayó algo en el suelo y empezó a explosionar, explica el capataz. «Yo noté un dolor intenso en el oído derecho y me eché la mano. Cerré los ojos y sentí detonaciones por todos lados, y mucho humo».
Para los costaleros también fue un momento de «gran tensión», tal y como relata José Luis González, uno de los afectados. Tras la primera explosión, comenta que empezaron a escuchar como que podía ser de una tubería. «Nos entró el miedo, estábamos encerrados debajo del paso y no sabíamos qué estaba pasando».
Quiso salir fuera y en ese momento le explosionó uno de los petardos en el oído y sintió un gran dolor de cabeza. «También me había quemado los pantalones. Todo estaba lleno de humo», relata.
José María Martos, vocal de culto en la hermandad, explica cómo vivió ese momento «fatal» cuando acompañaba al paso. «Llevo seis años saliendo con la cofradía y nunca había tenido un susto como este. Los cohetes saltaban de arriba hacia abajo, llegando incluso hasta el edificio de la Giralda». Uno explotó a su lado y notó un gran dolor en el oído. Otro le dió a una mujer que estaba junto a él, perteneciente a la cofradía. «Le quemó la pierna y la sobrina sufrió un ataque de ansiedad».
Estos tres hermanos tuvieron que salir de la procesión en ese momento. Incluso durante en el día de ayer seguían sufriendo mareos, comenta Martos. En los partes médicos de estas personas, con los que han acudido a poner las oportunas denuncias, se expone que sufren traumas sonoros y que deben seguir un tratamiento. Las lesiones finales aún no las conocen, ya que tendrán que esperar para ver cómo evoluciona la recuperación de cada uno, pero el susto aún lo tienen en el cuerpo.
Disculpas públicas
La mayor preocupación para ellos es sobre todo por lo que podría haber ocurrido, según declara el hermano mayor de la cofradía, José Antonio Pinilla. «Nos acompañaban muchos niños pequeños y había muchas personas viendo el paso. Podría haberse formado una auténtica catástrofe».
La Policía Local de Badajoz informó ayer de que ya se habían levantado las primeras diligencias sobre el responsable de la explosión, un varón de 44 años de edad que había ido como invitado a la vivienda que ocupa el número 17 de la calle Francisco Pizarro. Este individuo presuntamente habría cometido una falta de lesiones por imprudencia, aunque no se pueden saber las consecuencias del acto hasta que los afectados estén curados, ya que dependiendo de las lesiones podría llegar a ser acusado por delito, algo que deberá valorar el juez instructor.
Desde un balcón
Tal y como informa la Policía Local, el varón estaba tirando los petardos desde el balcón de dicha vivienda cuando un grupo de proyectiles que se encontraba en el suelo del piso comenzó a prender de forma accidental y salieron disparados horizontalmente, impactando en la pared de enfrente y cayendo hacia el suelo. Unas veinte personas resultaron heridas. Tras levantar estas primeras diligencias se procederá a esclarecer los hechos.
Por su parte, el autor de los hechos ha querido disculparse públicamente. Durante la tarde de ayer contactó con HOY para explicar que se siente moralmente destrozado. «Quiero disculparme ante todos los que se hayan sentido afectados». Relata que solo trataba de festejar el paso de la procesión sin ser consciente de lo que podría ocurrir.
Además de pedir disculpas públicamente, adelantó que se pondrá en contacto con la hermandad durante el día de hoy para trasladarles el pesar que siente.
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