Tras visitar las ruinas del templo romano de Évora, bajamos caminando por una callejuela arropada por una pequeña arboleda hasta que tras la espesura de los ramajes pudimos contemplar las dos torres predominantes de la Catedral de Évora, allí en una pequeña plazuela a la que se accede por unas escaleras de granito se encuentra su fachada principal y la portada presidida por las esculturas de los apóstoles.
Quizás, una de las cosas que más me gustó de la catedral de Évora fue su fachada principal presidida por dos enormes torreones con diferentes pinceladas de decoración románica y gótica, su enorme rosetón que daba buena luz natural dentro del templo y las gárgolas que sobresalían de la fachada para expulsar el agua de los canalones.
La entrada principal de la catedral de Évora está porticada con un arco ojival y unas columnas decoradas con estatuas de mármol con gran cantidad de detalle que representan a los 12 apóstoles, en los capiteles de estas columnas se representa el mal, con figuras demoníacas, debido a que la construcción de la catedral se inició después de que los cristianos arrebataran la ciudad a los musulmanes, en algunas columnas y sillares pudimos comprobar la presencia de la cruz de Malta tallada en la piedra.
La catedral de Évora se consagró en 1204 cuando fue terminada de construir, se dedicó a la Virgen María, aunque allí la conocen como la Basílica Sé Catedral de Nossa Senhora da Assução, desde entonces se le fueron añadiendo mejoras y fue recibiendo un estilo más gótico, como venía siendo habitual, se construyeron 3 naves siendo la central la principal y más grande dando al templo la forma de la cruz latina, atravesar el pórtico y contemplar la majestuosidad de la catedral fue toda una experiencia, no sé porque, pero me vino a la mente la experiencia que percibí al contempla la catedral de Notre Damme de París.
Es una catedral muy bien iluminada, recibe luz por tres rosetones, siendo el de la fachada principal el de mayor envergadura, además, en uno de los laterales, justo en la pared donde se encuentra una galería de pintura con escenas típicas de la vida de Jesús hay una hilera de ventanales alargados que dan buena luz natural al templo, aún así, las columnas y zonas más lúgubres han sido iluminadas con luz artificial.
Al que nos llamó mucho la atención tras salir de la Catedral de Évora fueron las marcas de los canterosque pudimos encontrar en los sillares de granito de los escalones de salida, muchas veces las he visto, pero nunca unas tan originales como las que veis arriba, los canteros que trabajaban en las labores de moldear la piedra virgen y convertirla en un sillar acoplable a los monumentos de la antigüedad dejaban su firma impresa en muchos de estos sillares, unas veces visibles y otras no.
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