“Ha muerto don Manuel”. Este mensaje inundó en la noche de ayer el teléfono móvil de gran parte de dirigentes conservadores. Manuel Fraga Iribarne (Villalba, Lugo, 1922), presidente fundador del Partido Popular, murió en su domicilio de Madrid a los 89 años de edad. Lo hizo rodeado de varios miembros de su familia que desde hace una semana se temían lo peor. A principios de mes padeció un catarro que derivó en una infección respiratoria que finalmente acabó con su vida.
La capilla ardiente estará instalada hoy en su domicilio y, según manifestó su familia, sólo se acercarán las personas más allegadas. En los primeros minutos que siguieron a su muerte, rondaba la convicción de que, igual que cuando en 2007 falleció Gabriel Cisneros, otro padre de la Constitución, el velatorio sería en el Congreso. Su entorno desechó esa opción e informó de que el expolítico sería enterrado mañana en Perbes, perteneciente al municipio de Miño (A Coruña), donde se halla la residencia de la familia y donde el expresidente gallego pasaba sus vacaciones.
El fundador del PP falleció a las 22 horas por un paro cardiaco. Los días previos a su fallecimiento, el expresidente de la Xunta y exsenador conservador había sido atendido en su casa de Madrid por una de sus hijas, médico de profesión, y había recibido las visitas de sus hermanas ante el agravamiento de su estado.
Hasta el pasado abril, don Manuel, como todos se referían a él en el PP, había participado de forma muy activa en todos los actos de partido. Daba igual que fuesen en Madrid o fuera de la capital. Fraga no se perdía ni congresos, ni convenciones ni reuniones internas de partido. Y jamás se quedaba callado cuando la prensa le reclamaba declaraciones que, por cierto, casi nunca estaban exentas de polémica. “Palabra de don Manuel”, bromeaban con cariño algunos de sus compañeros en el partido cuando le escuchaban.
El velatorio será hoy en su domicilio y mañana será enterrado en Perbes
El punto de inflexión que provocó que Fraga pusiese freno a su actividad fue una caída en su casa. A causa de ello, tuvo que ser sometido a una operación de cadera en un hospital madrileño. Y su salud se resintió. Hasta tal punto que tuvo que renunciar a una de sus tradiciones veraniegas: la de trasladarse a su Galicia natal para pasar las vacaciones.
Precisamente esta ausencia estival hizo que en algunos sectores se desataran todas las alarmas sobre la gravedad del estado de salud del expresidente gallego. Unos rumores que intentó acallar su círculo de confianza permitiendo que El Mundo publicase una fotografía de Fraga en silla de ruedas, conducido por su hija, a su regreso de misa por las calles de Madrid.
En este contexto, el pasado septiembre, anunciaba su retirada de la vida política activa y, por tanto, su renuncia a volver a integrar las listas del PP al Senado de cara a las elecciones generales del 20 de noviembre, que dieron la mayoría absoluta a Mariano Rajoy.
Padre de la Constitución
Con este gesto, el expresidente gallego ponía fin a la carrera del político en activo más longevo de España. Esta había arrancado en 1951 como secretario general del Instituto de Cultura Hispánica y continuó con cargos de responsabilidad en diferentes gobiernos del Franco, entre ellos ministro de Información y Turismo, de 1962 a 1969. Fue también uno de los ponentes de la Constitución de 1978.
Exministro de Franco, su carrera política se extendió durante 60 años
Un año antes de que la Carta Magna viera la luz, en 1977, fundó Alianza Popular (AP) y fue elegido su secretario general. En 1989, el partido celebraría el congreso de la refundación y nacería el PP, del que fue nombrado presidente honorífico. Durante unos meses, también fue presidente de esta formación, hasta que cedió el testigo a José María Aznar.
De estas fechas es la famosa carta de dimisión por anticipado del expresidente del Gobierno que Fraga rompió ante los compromisarios de ese congreso que se celebró en Sevilla. Lo hizo al grito de “Ni tutelas, ni tu tías”. Era su forma de dar vía libre al ahora presidente de FAES para que tomara las riendas de la formación conservadora.
Junto a la anterior, otra de las fotos de su vida lo muestra, en 1966, en traje de baño en la playa almeriense de Palomares para alejar los rumores sobre la radiactividad de las aguas tras precipitarse al mar un bombardero de EEUU con sus cabezas nucleares en enero de 1966.
El pasado septiembre anunció su retirada de la vida pública
Su etapa en la Xunta (1990-2005) tampoco estuvo exenta de polémica. En 2002, cuando Galicia parecía haber superado la crisis de las vacas locas, estallaba la crisis del Prestige, el petrolero que se hundió frente a las costas gallegas provocando una de las mayores catastrófes ecológicas de la historia. En las elecciones autonómicas de 2005 no pudo revalidar su mayoría absoluta.
En la pasada legislatura, la última en política, el presidente fundador de los conservadores presidió la Mesa de Edad de la Cámara Alta en su condición de parlamentario más anciano. En esta cita, dio “gracias a Dios” por haber llegado a los 85 años que tenía por entonces y mostró su deseo de poder ser testigo de la famosa reforma del Senado.
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