Las eléctricas reclaman importantes sacrificios -vía subida de tarifas- para remediar los males que amenazan sus cuentas. La asociación patronal Unesa, que agrupa a las compañías, envió la pasada semana al Ministerio de Industria los cálculos sobre cómo le va a ir al sector eléctrico en 2012. Una vez más, las cuentas no salen. Por ello, para evitar que el sistema eléctrico continúe engordando el agujero negro del déficit (20.000 millones de euros), las grandes empresas consideran necesario que la parte regulada del recibo de la luz, la que decide el Gobierno, suba al menos un 30% el próximo año. En 2011, las tarifas domésticas han subido un 11,3%. El cálculo supone un empujón para que el nuevo Gobierno empiece a subir tarifas ya desde el mes de enero.
El sector prevé un desfase entre ingresos y costes de 5.270 millones
Los beneficios de hidroeléctricas y nucleares son causa de disputa
Como la parte regulada (las llamadas tarifas de acceso o peajes) para las que se pide un aumento del 30% supone aproximadamente la mitad del recibo, la propuesta de Unesa implica una subida mínima de la factura de la luz del 15% el próximo año. A ese porcentaje se añadiría el que resultara de las subastas de energía (Cesur) que determinan el precio trimestral de la energía y que supone la otra mitad del recibo.
Aunque los cálculos de Unesa se han enviado a un ministerio dirigido todavía por un ministro, Miguel Sebastián, del Gobierno socialista, el recado es para el nuevo Ejecutivo que debe formar el presidente electo Mariano Rajoy. Será al nuevo Ejecutivo al que le toque decidir este mismo mes qué hacer con la llamada tarifa de Último Recurso (TUR), que pagan más de 20 millones de usuarios.
En resumen los grandes números del sistema eléctrico que ha presentado Unesa para 2012 son: ingresos de 13.247 millones y costes de 18.517. Desfase resultante: 5.270 millones, cifra de déficit que, de cumplirse, superaría en 3.770 millones los 1.500 de déficit máximo que contempla el Real Decreto 6/2009. La cifra clave es la que se refiere a las primas que cobra el régimen especial (las renovables), que ascenderán en 2012 a 7.068 millones de euros, casi la mitad de los costes del sistema.
Los números de Unesa tienen, además, filo y punta. Porque señalan quién es, desde su punto de vista, el responsable del descuadre en los números del sistema eléctrico: el sector de las energías renovables. ¿Entero? No. Sobre todo el sector solar (fotovoltaico y termosolar) para el que las eléctricas, con Iberdrola a la cabeza, defienden una moratoria.
En 2011, según el informe 20/2011 de la Comisión nacional de la Energía (CNE), las renovables cobrarán en primas 6.624 millones. La mayor parte corresponderán al sector solar fotovoltaico (2.203 millones), seguido por el sector eólico (1.850 millones) y a la cogeneración (1.263 millones). A la solar termoeléctrica le corresponderán 391 millones y a la hidráulica 225 millones. El resto se lo reparten la biomasa y el tratamiento de residuos.
Las grandes empresas eléctricas destacan el incremento de primas que se registra cada año por el fomento de lo que definen como "energías inmaduras". Y tienen una espina clavada: los planes anunciados por Industria para que se construyan 40 nuevas plantas termosolares (hasta llegar a 2.500 megavatios). Su coste, aseguran las eléctricas, será de 2.000 millones al año.
Las críticas del sector eléctrico tradicional apuntan, sobre todo, a tres empresas, Abengoa, Acciona y ACS, que son las más activas en la construcción de plantas termosolares. El enfrentamiento es duro. Y Abengoa, que se siente aludida, ha entrado en el cuerpo a cuerpo, acusando a las grandes eléctricas de cobrar precios exorbitados por centrales (hidráulicas y nucleares) que están amortizadas.
Los números escuecen. Esta misma semana, en una entrevista publicada por El Economista, el consejero delegado de Abengoa, Manuel Sánchez Ortega, cifraba en 21.000 millones de euros los beneficios obtenidos por exceso por parte de las eléctricas desde 2005.
Frente a las acusaciones, las eléctricas manejan sus propios estudios. Conclusiones: la energía termosolar es la más cara de las tecnologías (nueve veces el coste de la eólica, según las empresas) y supone la próxima gran burbuja en el sistema. Con todos los números y los argumentos sobre la mesa, Unesa emplea también a su favor el arma jurídica: el Tribunal Supremo falló el mes pasado a favor de las empresas en el recurso que interpusieron contra la decisión de congelar los peajes en julio.
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