miércoles, 29 de abril de 2015

El ingeniero químico que ayudó a cambiar la medicina


Más de 2.000 millones de personas ya se han beneficiado del trabajo de Robert Langer contra enfermedades como el cáncer y la diabetes
Foto: Como pionero de la administración dirigida de fármacos, Robert Langer ha ganado más de 220 grandes premios, incluyendo el Premio Reina Isabel 2015 de Ingeniería.
Cuando Robert Langer acabó su doctorado en ingeniería química en 1974, recibió unas 20 ofertas de empresas petroleras y químicas, entre ellas cuatro de Exxon. Muchos de sus compañeros se fueron a trabajar en esa industria, pero cuando consideró la posibilidad de dedicar su vida profesional a incrementar el rendimiento del petróleo en una fracción de un 1% al año, se echó para atrás. "No quiero insultar a esas empresas", asegura, "pero tenía la esperanza de lograr un mayor impacto en la vida de las personas". Después de una prolongada búsqueda de trabajo, aceptó una posición postdoctoral poco remunerada en el Hospital Infantil de Boston (EEUU), en el laboratorio del cirujano de renombre e investigador médico Judah Folkman.
"Yo era el único ingeniero de todo el lugar", afirma. "Allí donde miraba, veía problemas médicos donde poder usar la ingeniería para resolverlos". Ese trabajo se desarrolló en una colaboración durante toda su vida y sentó las bases de novedosos enfoques para la administración de medicamentos con los que tratar el cáncer, la diabetes, las enfermedades del hígado y muchas otras afecciones. "Fue el momento crucial de mi carrera", señala Langer, que hoy día supervisa uno de los laboratorios más grandes del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT, EEUU), ocupado por más de 150 químicos, biólogos, médicos, ingenieros y emprendedores en ciernes, además de entre 30 y 50 estudiantes UROP cada semestre. Como profesor del David H. Koch Institute del MIT, cuenta con más de 1.000 patentes emitidas o pendientes en todo el mundo, ha otorgado licencias o sublicencias de tecnología a más de 300 empresas y ha ayudado a fundar más de dos docenas de start-ups tecnológicas.
Para sus colegas, el impacto del trabajo de Langer está claro. "Para mí, Bob es el mayor ingeniero químico de nuestro tiempo", señala el profesor de ingeniería química en Caltech (EEUU) Mark Davis. "No hay duda de que gracias a Bob hoy día la ingeniería química juega un papel importante en la medicina".
Ingeniero médico
Pocas cosas durante los primeros años de vida de Langer habrían podido predecir este éxito. Nació en Albany, Nueva York, donde su padre era dueño de una tienda de alcohol. Jugaba al baloncesto y al béisbol y empezó a experimentar con un juego de química en el sótano de sus padres, con el que hacía que las soluciones cambiaran de color y producía caucho. "Era un niño bastante común", dice. "No podía estarme quieto y sentado en el colegio". Pero le gustaban las matemáticas y las ciencias y se fue a estudiar ingeniería química a Cornell y, después, a nivel de postgrado, en el MIT. De 1971 a 1972, mientras se preparaba el doctorado, también trabajó en una escuela alternativa para adolescentes en situación de riesgo, llamada el Group School. "Me entusiasmaba más la escuela que mi investigación de doctorado", confiesa, y añade que siempre le ha gustado la enseñanza por el efecto directo que podía tener en los futuros estudiantes.
Cuando Langer llegó al Hospital Infantil, Folkman estaba intentando aislar compuestos que impidiesen el crecimiento de los vasos sanguíneos, algo conocido como angiogénesis. La idea era que estos compuestos podrían frustrar los tumores, que necesitan un gran suministro sanguíneo para crecer. Sin embargo, el primer reto era identificar inhibidores de la angiogénesis. Folkman creía que podrían encontrarse en el cartílago, que no contiene vasos sanguíneos. No obstante los experimentos con cartílago de conejo, a partir de un pequeño número de animales en el laboratorio, no habían producido suficiente material para la prueba.
Así que le tocó a Langer, el nuevo ingeniero, ayudar a averiguar qué sustancias funcionarían y luego "ampliar la escala". Encontró una planta de empaquetado de carne en el sur de Boston donde los mataderos locales enviaban huesos de vaca y se las ingenió para conseguir grandes cantidades yendo tres veces a la semana. Después de llevar los huesos al Hospital Infantil, separó el cartílago y purificó cerca de un centenar de compuestos a partir del mismo. Aún así, no era fácil determinar si alguno de ellos tenía potencial como medicamento contra el cáncer. Los miembros del laboratorio esperaban poder probarlos contra tumores en ojos de conejo, donde el desarrollo de vasos sanguíneos sería rápidamente evidente. Pero no sabían exactamente cómo administrar las moléculas. El logro de Langer fue desarrollar polímeros biocompatibles que pudieran ser implantados de forma segura en animales y que administrasen gradualmente los compuestos deseados. Esto permitiría a los investigadores evaluar su impacto en las células tumorales a lo largo del tiempo.
En aquel momento, la mayoría de químicos dudaba de que moléculas relativamente grandes como las proteínas pudieran moverse a través de polímeros sólidos, fuera cual fuera su composición. Pensaban que era como pedirle a alguien que caminara a través de una pared, señala Langer. Pero lo hizo posible creando polímeros con pequeños poros interconectados. A medida que el medicamento siguiera su sinuoso y tortuoso camino a través de los poros hasta la superficie, podría controlar la velocidad a la que era liberado. Esto permitió a Langer y sus colegas probar los efectos sostenidos de inhibidores de la angiogénesis potenciales sobre el crecimiento de vasos sanguíneos alrededor de tumores. Hoy día hay muchos inhibidores de la angiogénesis en el mercado, entre ellos Avastin, Nexavar y Votrient, y combaten el cáncer impidiendo el crecimiento de vasos sanguíneos, tal y como predijo Folkman.
Rediseño de la administración de fármacos
En 1984, un neurocirujano llamado Henry Brem, que también había trabajado en el laboratorio de Folkman, se preguntó cómo tratar el cáncer de cerebro con una administración directa y local de medicación. "Pensé que quizá la razón por la que fallaba la quimioterapia era porque no estaba siendo administrada correctamente al cerebro", señala Brem. Preguntó a Langer, que se había unido al MIT en 1978 como profesor asistente, acerca de su progreso en la liberación controlada de grandes moléculas, como los inhibidores de la angiogénesis. Los dos empezaron a colaborar en un novedoso sistema: una "oblea" de polímero que podría ser cargada con fármacos e implantada en el cerebro, cerca de los tumores. El principal reto, señala Langer, era que no querían que esta oblea simplemente "pasara a ser esponjosa y se desmoronarse". En vez de eso, querían que se "disolviera de forma constante como una barra de jabón", liberando su carga terapéutica a lo largo del tiempo. El producto que Langer y Brem crearon fue aprobado por la Administración Estadounidense del Medicamento en 1996 y se ha utilizado de forma generalizada como complemento a la cirugía del cerebro en pacientes con glioblastoma, una forma mortal de cáncer cerebral. "Históricamente, la neurocirugía se centraba en eliminar cosas del cuerpo", afirma Brem, que hoy día es director de neurocirugía en la Escuela de Medicina de la Universidad Johns Hopkins (EEUU). "Sin embargo Bob nos ha permitido cambiar el paradigma y también estamos implantando cosas beneficiosas".

Foto: El Presidente Obama intercambió varios correos electrónicos sobre líneas de células madre con Langer en 2006. En 2013, le hizo entrega de la Medalla Nacional de Tecnología e Innovación.
A principios de la década de 1990, Langer se interesó por las técnicas de fabricación de microchips utilizadas en la electrónica. Pensó que estos métodos también podrían ser utilizados para hacer que los dispositivos implantables administrasen fármacos. (Bromea diciendo que vio un programa de televisión sobre la microelectrónica y pensó, como siempre, que cualquier cosa nueva e interesante debería tener relevancia para la administración de fármacos). Junto al estudiante graduado John Santini, doctorado en 1999 (hoy día director general de Apogen Biotechnologies), y el profesor de ciencias de los materiales e ingeniería Michael Cima, Langer desarrolló un microchip con pequeños pozos que podían llenarse con un medicamento y luego sellarse con una delgada tapa de metal. Una vez que el dispositivo se implantaba en el cuerpo, la tapa podía eliminarse por control remoto, permitiendo liberar lo que tenía en su interior. En 1999 Langer y Cima fundaron microCHIPS (hoy día llamada Microchips Biotech) para desarrollar la tecnología.
En 2012, publicaron los resultados de un pequeño ensayo clínico en el que implantaron microchips cargados con una hormona llamada hormona paratiroidea (PTH, por sus siglas en inglés) en pacientes con osteoporosis. Durante un período de cuatro meses, utilizaron el control remoto para liberar la hormona de los microchips en pulsos diarios. Langer y Cima encontraron que el dispositivo funcionaba tan bien como las inyecciones diarias para tratar la osteoporosis, no parecía causar inflamación (un problema potencial de cualquier dispositivo implantado) y era más fácil de administrar que los medicamentos autoinyectados, y por lo tanto resultaba más probable que fuese administrado. En la actualidad están trabajando en un ensayo más largo.
Los usos potenciales de los dispositivos electrónicos implantados para administrar terapias son casi inimaginablemente extensos. "Hemos creado estas tecnologías básicas y sinceramente no sabemos todas las cosas para las que pueden llegar a ser útiles", afirma Langer, que en 2005 fue nombrado Profesor del Instituto, el mayor honor del MIT. Brem cree que algún día los microchips podrían usarse para pacientes con cáncer cerebral. Por ejemplo, los pacientes podrían recibir dispositivos cargados con quimioterapia durante la cirugía inicial. Más tarde, si el cáncer volviera, el fármaco podría ser liberado en el cerebro por control remoto. Esto permitiría un tratamiento directo y local sin tener que usar un procedimiento invasivo adicional, señala Brem. 
La Fundación Bill y Melinda Gates también ha hablado con Langer sobre la creación de dispositivos de microchip para liberar anticoncepción hormonal. Estos chips permanecerían en el cuerpo de las mujeres durante 16 ó 17 años, pero se podrían encender y apagar de forma inalámbrica. Hasta ahora, según Langer, su equipo ha creado prototipos pero todavía no ha empezado los ensayos en humanos. Hoy día ya se usan formas de anticoncepción de acción prolongada, incluyendo versiones que se implantan bajo la piel. Pero los productos actuales no se pueden encender y apagar cuando están dentro del cuerpo, y aunque algunos DIU pueden funcionar hasta durante 12 años, ninguno de los productos implantados dura más de unos pocos años.
Por supuesto, la posibilidad de implantar un suministro concentrado de 17 años de hormonas u otros fármacos en el cuerpo de una persona no está exento de riesgos. Los médicos podrían dudar de usar del dispositivo, y pensar que "si ocurre algo traumático, como un accidente de automóvil o que te atropelle un autobús, podría producirse una liberación masiva del compuesto", señala el director del Centro de Tecnología de Evaluación y Salud Continua en el Hospital General de Massachusetts (EEUU), Dennis Ausiello, que ha formado parte con Langer de varias juntas de asesoramiento científico. Sin embargo, el sistema está diseñado para liberar compuestos sólo en respuesta a una señal eléctrica y Cima señala que su condensador sólo almacena energía suficiente para abrir un único depósito. "El impacto necesario para abrir físicamente todos los depósitos sería lo suficientemente grande como para causar un trauma masivo", afirma. "Llegados a ese punto, no creo que el problema fuera el fármaco".
Un enfoque de la nanotecnología
Actualmente en el laboratorio de Langer, varios estudiantes e investigadores están trabajando en una nueva forma de administración de fármacos, que incluye el uso de nanopartículas. Contra una de las paredes, varios brillantes mezcladores combinan polímeros líquidos y medicamentos disueltos. A medida que estos materiales giran interactúan como el aceite y el vinagre mezclados en una ensalada, creando una emulsión: se forman espontáneamente pequeñas gotas de polímero, con un fármaco atrapado en el interior de cada una. Al otro lado del pasillo, otro investigador utiliza una técnica diferente y trabaja con chips de microfluidos hechos de plástico grabado. Cada uno tiene varios canales, con entradas en un lado y salidas en el otro. Usando una pipeta, el investigador añade un fármaco acuoso a una entrada y lípidos a otra. A medida que estas sustancias se mueven a lo largo del canal, varias rugosidades y protuberancias en su parte inferior hacen que se mezclen de tal forma que el lípido forma gotas que encapsulan el fármaco. En ambos enfoques, el objetivo es producir nanopartículas que puedan proteger a compuestos terapéuticos a los que el sistema inmune atacaría. (Langer y otros expertos han demostrado que las partículas que contienen ciertas sustancias químicas, como el polietilenglicol, tienen este efecto protector). Modificar la composición química de la superficie de las nanopartículas con proteínas específicas u otras moléculas ayuda a dirigirlas al sitio donde más se necesitan.
Fotos: Corte transversal del polímero de liberación controlada de Langer sin fármacos (arriba), cargado con un fármaco de ensayo (en el centro) y un año más tarde, cuando el fármaco ha sido liberado.
El equipo de Langer ha estado trabajando durante muchos años en una serie de proyectos de nanoencapsulación. En uno de ellos, se centraron en unos ácidos nucleicos denominados como ARN pequeños de interferencia, o ARNip, que pueden evitar que se produzcan proteínas específicas mediante la prevención de la traducción del ARN mensajero. Se cree que el enfoque, llamado interferencia de ARN, tiene un gran potencial en la medicina, pero las pequeñas moléculas de ARN primero tienen que superar el sistema inmunológico. El equipo de Langer ha descubierto la manera de protegerlas en pequeñas esferas basadas ​​en lípidos que podrían evadir un ataque inmunológico. En la actualidad, la empresa Alnylam (para la que Langer ha trabajado como asesor científico desde su fundación en 2002) está probando la tecnología en ensayos clínicos de fase avanzada. Entre otras cosas, está investigando si una tecnología relacionada que administra moléculas de ARNip al hígado puede tratar una forma de enfermedad hepática hereditaria.
En otro proyecto, Langer y Omid Farokhzad, ahora en la Escuela de Medicina de Harvard, diseñaron nanopartículas cuyo tamaño, forma y superficie les permitieron dirigirse a tejidos y células particulares con mayor precisión de lo que había sido posible hasta entonces, y aún así esquivar el radar del sistema inmunológico. En 2007, Langer y Farokhzad cofundaron la compañía Bind Therapeutics, que está llevando a cabo actualmente ensayos en humanos para ver cómo las nanopartículas administran medicamentos quimioterapéuticos a los tumores.
Más allá del cáncer
El laboratorio de Langer ocupa más de la mitad de uno de los siete pisos del Instituto Koch para la Investigación del Cáncer Integral del MIT. Sin embargo, el pequeño ejército de investigadores que trabajan para él (Langer cree que podría ser el laboratorio de bioingeniería más grande en el ámbito académico) no se limita a pensar sólo en el cáncer y Langer se apresura a enfatizar que la labor del grupo tiene una relevancia más amplia."En lugar de pensar en una enfermedad específica he sido un creador de tecnología", señala. Ahora mismo, por ejemplo, su laboratorio está trabajando en varios proyectos relacionados con la diabetes. Los investigadores llevan tiempo intentando trasplantar células pancreáticas productoras de insulina en pacientes con diabetes tipo 1, que destruye las propias células productoras de insulina del cuerpo. Sin embargo, históricamente el sistema inmunológico ha atacado a las nuevas células, reduciendo rápidamente su beneficio. Aunque la idea de encapsular células trasplantadas para protegerlas no es nueva, en la práctica ha resultado difícil. Con el apoyo de la JDRF (anteriormente llamada Juvenile Diabetes Research Foundation), Langer y el profesor de ingeniería química del MIT Daniel Anderson han desarrollado materiales nuevos y modificados que podrían ser mejores para frustrar un ataque inmunológico. "Aún no hemos publicado mucho sobre ello", asegura Langer, "pero habrá artículos pronto".
En otra parte de su laboratorio, cada vez más grande, un gran robot ayuda a crear novedosos polímeros a partir de componentes que los investigadores mezclan y combinan. En otra habitación, un gran grupo de científicos están trabajando con células madre. En una investigación supervisada por Langer y Jeff Karp, un miembro del profesorado del Programa de Harvard-MIT de Ciencias de la Salud y Tecnología, espera crear nuevos sustratos para el cultivo de células madre, investigar cómo influyen las superficies de los sustratos en el comportamiento de las células y desarrollar mejores formas de ampliar las poblaciones de células madre, especialmente con células madre intestinales que, según Langer, los investigadores pueden utilizar para probar posibles fármacos, entre otras aplicaciones. Si preguntas a cualquiera de los investigadores que corren de habitación en habitación o de mesa a mesa qué enfermedades podrían ayudar a abordar sus proyectos, las respuestas van desde el cáncer a la diabetes, pasando por enfermedades cardíacas y todo lo anterior. 
Langer incluso ha atacado problemas cotidianos como el pelo encrespado (es cofundador de Living Proof, que lleva la alta tecnología a los productos de belleza) y ha desarrollado un recubrimiento para pilas de botón que evita que tengan escapes y causen quemaduras si se ingieren accidentalmente.
Abordar problemas grandes
El historial de Langer (una versión de su CV tiene 96 páginas, con espacio simple) y su enorme reputación seguramente inspiran a las legiones de investigadores postdoctorales, estudiantes y otros investigadores que gravitan hacia él desde todas partes del mundo. Como miembro de la Academia Nacional de Ciencias y la Academia Nacional de Ingeniería, es autor de más de 1.300 artículos y ha ganado un torrente de premios, entre ellos la Medalla Nacional de Ciencia, la Medalla Nacional de Tecnología e Innovación, y el Premio Charles Stark Draper, considerado durante mucho tiempo el equivalente del Premio Nobel para ingenieros. En febrero, agregó el Premio Reina Isabel de Ingeniería, valorado en un millón de libras. Polaris Venture Partners estima que la investigación de su laboratorio ha afectado a más de 2.000 millones de personas
Al mismo tiempo es famoso por ser alguien accesible, que a menudo suele responder en cuestión de minutos a correos electrónicos de estudiantes, colegas y periodistas. Tras haber impartido numerosos cursos de ingeniería y biotecnología (entre ellos Ingeniería Química Integrada, más conocida como 10.361, que impartió durante 23 años), ahora da conferencias como invitado de dos a cinco veces a la semana en las clases de otros profesores y sigue a la cabeza de un seminario llamado Aplicaciones Biomédicas de la Ingeniería Química. Además, está claramente orgulloso de sus estudiantes, muchos de los cuales han pasado a tener afortunadas carreras en la industria y el mundo académico. "Todavía no he descubierto cómo funciona su cerebro, pero tiene una notable capacidad para saber lo que está haciendo cada uno", dice el posdoctorado Mark Tibbitt. "Te cruzas con él y te hace una pregunta específica sobre tu trabajo o tu vida. Es algo notable teniendo en cuenta el tamaño del laboratorio".
La actitud de Langer, añade Tibbitt, es que con muchos recursos y un gran grupo de personas de una rica variedad de trasfondos, su laboratorio está en condiciones de decir:"Vamos a encontrar cuáles son los problemas más grandes y a abordarlos". La clave es dar a esas personas la libertad de explorar. En el caso de Tibbitt y su compañero de postdoctorado Eric Appel, esa libertad los llevó a desarrollar un hidrogel "autoreparable" compuesto de nanopartículas (desarrolladas en el laboratorio de Langer) que se pueden cargar con fármacos para liberarlos de forma controlada. Puesto que se recupera del estrés físico, el gel puede inyectarse en distintas partes del cuerpo, proporcionando un depósito local desde el que los fármacos pueden liberarse de una forma controlada. Están intentando crear soluciones para pacientes con degeneración macular (que hoy día dependen de inyecciones frecuentes) y aquellos que hayan tenido ataques al corazón y pudieran beneficiarse de una liberación sostenida de fármacos cerca del músculo cardíaco afectado.
Su tiempo está tan demandado que, según dice, Langer da prioridad al trabajo que cree que puede traducirse en beneficios directos para la salud. Al mismo tiempo es un visionario e incansablemente práctico. "Siempre hay un período con las nuevas tecnologías en el que están ahí y buscamos en qué problema podemos utilizarlas", señala Cima. Langer, dice, tiene un talento especial para "conectar las tecnologías con necesidades médicas reales".
En la década de 1980, un amigo cercano del laboratorio de Folkman, el cirujano Joseph "Jay" Vacanti, habló con Langer acerca de intentar crear hígados artificiales para pacientes que necesitaran trasplantes urgentes. Junto a Linda Griffith, que ahora es profesora de ingeniería biológica del MIT, crearon polímeros biodegradables que pudieran ser sembrados con células vivas para cultivar nuevo tejido. Su trabajo ayudó a fundar el campo de la ingeniería de tejidos, lo que ha llevado a una serie de aplicaciones médicas, entre ellas la piel artificial para víctimas de quemaduras y pacientes con úlceras diabéticas (aunque aún no han creado hígados completos).
"Me he involucrado en muchas áreas porque algún amigo, postdoctorado o compañía estaban interesados", dice Langer. Cuando responde a gente con un problema médico particular en mente, su colega neurocirujano Brem afirma que "se le ocurren soluciones en las que nadie más ha pensado". Y además, "funcionan".

ACCIDENTE EN SEGURA DE LEÓN

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Las 10 erupciones volcánicas más grandes de la historia

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Una erupción volcánica es la expulsión de lava, cenizas, piedras y varios gases desde una fisura o el cráter de un volcán. Hay varios tipos de erupciones volcánicas, algunas no presentan una amenaza para la civilización humana, pero varios volcanes cercanos a ciudades han terminado por destruirlas por completo o modificar el panorama.
Estas son las erupciones volcánicas más grandes de la historia:
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10. Santa María (1902)

El volcán había estado dormido por 500 años antes de que en 1902 se produjese una erupción de 20 billones de metros cúbicos de escombros. La erupción destruyó la cara suroeste de este volcán localizado en Guatemala, dejando un cráter de 1 kilómetro de diámetro, y logró aventar ceniza que fue localizada hasta en San Francisco, California.
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9. Changbaishan (1903)

Esta montaña es la más alta de la cadena montañosa Changbai, que separa a China de Corea del Norte. Es un volcán activo, con un lago en su caldera, y su última erupción ocurrió en 1903.
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8. Monte Mazama (hace 7000 años)

En lo que ahora es Lago del Cráter, Oregon se encontraba un volcán llamado Monte Mazama que antes de la erupción medía 3700 metros, y que después de ella solo mide 1600 metros.
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7. Kikai, Japón (4350 a. C.)

Esta caldera se encuentra sumergida y ahora solo se puede ver una serie de islas que conecta 4 volcanes. Y aunque continúen activos, la erupción de 4350 a. C. es incomparable, ya que creó la caldera que ahora se encuentra en el lugar.
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6. Santorini (1610 a. C.)

Santorini antes era una sola isla en lo que ahora es Grecia, pero en el año 1610 a. C. una erupción destruyó por completo al volcán, de la cual se cree que inspiró al mito de Atlantis.
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5. Volcán de Krakatoa (1883)

Sin duda, una de las erupciones más famosas de la historia es la del Krakatoa, en 1883, en Indonesia. La erupción liberó 9 kilómetros cúbicos de magma, destruyendo por completo la isla y alterando puestas de sol alrededor de todo el mundo.
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4. Erupción del Tambora, Indonesia (1815)

Se considera la erupción más grande de la era moderna, lanzando 160 kilómetros cúbicos de escombros al cielo, suficiente para cubrir la isla de Manhattan en una capa de ceniza con una milla y media de grosor. Bajó la temperatura global hasta 3 grados, resultando en el año sin verano.
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3. Lago Taupo, Nueva Zelanda (hace 26000 años)

En la actualidad, la caldera es un lago que se formó después de una enorme erupciónhace 26000 años. Liberó suficiente lava para cubrir a Europa completa en una capa de 2 pulgadas de grosor, ocasionando que el clima del planeta tardara 17000 años en volver a como era antes de la erupción.
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2. Lago Toba, Sumatra (hace 69,000 a 77,000 años)

Conocido como el lago volcánico más grande del mundo, se formó tras una increíble erupción que muchos creen que mató a gran parte de la población humana del tiempo y ocasionó un invierno volcánico disminuyendo la temperatura del planeta hasta 5 grados. 
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1. Erupciones volcánicas en Io, la luna de Júpiter

El volcanismo en Io difiere del de la Tierra al ser ocasionado por un efecto llamado "aceleración de marea", ocasionado por las enormes fuerzas que sus lunas vecinas y el planeta Júpiter ejercen sobre ella. Ocasionando erupciones que lanzan lava hasta 200 millas arriba de la superficie, opacando cualquier erupción que podamos ver en la Tierra.
Aunque los volcanes parecen la definición de "destrucción", sus erupciones también traen varios efectos benéficos para la vida en el planeta, ya que las tierras volcánicas suelen ser bastante fértiles. además de que han desencadenado muchos eventos que contribuyeron a nuestra evolución.

La muerte se olvido de mi , asegura haber nacido en 1835 y tener 179 años.

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Él es Mahashta Murasi, un anciano indio, que asegura haber nacido en 1835 y tener 179 años.
El diario internacional World New Daily Report aseguró que existen documentos que ratifican las afirmaciones del anciano y añadió que tuvo acceso al acta de nacimiento y a su documento de identidad.
De ser el caso cierto, se convertiría en el hombre más longevo del mundo, batiendo todos los récord.
De acuerdo a su partida de nacimiento el hombre nació el 6 de enero de 1835 en Bangalore. “Desde 1903 vive en Benarés, donde trabajó de zapatero hasta 1957, cuando cumplió 122 años”, como lo señala el portal actualidad.rt.com. Sin embargo muchos dudan que pueda ser cierta la edad de este hombre.
Pero a Murasi no parece importarle formar parte del libro de récord Guiness. El indicó que ya ha visto morir a sus hijos y sus nietos y ya no tiene esperanzas de morir. Piensa que es “inmortal” y que “la muerte se ha olvidado” de él.
“Nadie muere con más de 150 años y estoy a punto de llegar a los 180. Creo que soy inmortal”, declaró Murasi. 

¿Cómo solicitar la ayuda extremeña de 300 euros para ancianas?

¿Cómo solicitar la ayuda extremeña de 300 euros para ancianas?
  • El IMEX ha publicado el listado de agentes colaboradores a los que se pueden dirigir las interesadas en solicitar la subvención anual aprobada por la Junta

  • Son muchos los familiares de ancianas extremeñas y las propias interesadas que estos días intentan conocer los trámites para solicitar la ayuda anual de 300 euros que la Junta de Extremadura ha concedido a mujeres mayores de 75 años.
    Aunque el Ejecutivo ya avanzó que el único documento que se requería para solicitar la subvención es el DNI, son muchas las posibles beneficiarias que aún no conocen exactamente qué pasos deben dar. Prueba de ello son las numerosas consultas que están recibiendo los servicios sociales de losayuntamientos extremeños. Aunque la tramitación se puede realizardirectamente a través de una plataforma online, eso sí, siempre que se disponga de DNI con firma electrónica, lo más sencillo es recurrir a un agente colaborador.
    ¿Quién tramita la ayuda?
    Se trata de gestorías y trabajadores sociales de toda la región que han suscrito un convenio de colaboración con el Instituto de la Mujer de Extremadura (Imex). En la web de este organismo dependiente del Gobierno regional se pueden consultar dos listados que contienen los nombres y datos de contacto de los agentes colaboradores, tanto del Colegio Oficial de Gestores Administrativos de Extremadura, como del Colegio Oficial de Graduados Sociales.
    De todas formas, el listado de agentes colaboradores no es definitivo y a él irán sumándose más entidades y profesionales. Desde el Instituto de la Mujer de Extremadura avanzan también que algunos ayuntamientos pequeños también suscribirán acuerdos para gestionar directamente las solicitudes.
    Como únicos documentos se requieren el DNI, además de cumplimentar y firmar un alta de terceros para hacer constar todos los datos bancarios donde se desea cobrar la ayuda.
    El IMEX aclara que no se trata del alta de terceros de Hacienda, sino de un modelo propio que puede descargarse directamente en la web del organismo. "No hace falta que la mujer o su familiar lleve este impreso al agente colaborador. Éste se lo proporcionará directamente". Después la beneficiaria tendrá que rellenar la parte de arriba del documento con sus datos y llevarlo al banco para que rellene el resto y lo selle". Una vez cumplimentado, se lleva al agente colaborador para finalizar la tramitación. No haría falta ningún otro papel.
    A partir del 4 de mayo
    Las subvenciones vitalicias destinadas a mujeres a partir de 75 años pueden solicitarse a partir del 4 de mayo (ya que el 2 de mayos es día inhábil) a través de estas gestorías y trabajadores sociales. El plazo para poder pedir la ayuda concluye el 1 de agosto.
    Requisitos generales
    Ser española y haber nacido antes del 31/12/1940, incluida esta fecha. Tener su domicilio en algún municipio extremeño cuando se firmó esta convocatoria.
    No haber superado como nivel de renta general los 10.000 euros, si no presentó declaración de IRPF de forma individual, o de 13.000 euros, si se hizo en declaración conjunta.
    Si la solicitante no presentó declaración de IRPF en la fecha correspondiente, estando obligada a ello, no tendrá derecho a la subvención establecida. No obstante, podrán solicitar esta subvención si cumplieran con esta obligación y no hubiera finalizado el plazo de presentación de solicitudes.
    Las mujeres beneficiarias deberán estar al corriente de sus obligaciones tributarias o frente a la Seguridad Social.
    Obligaciones de los colaboradores
    Los profesionales y entidades colaboradoras deben asistir a las mujeres solicitantes en la cumplimentación de la solicitud y “en su caso” la subsanación, y proceder a su cumplimentación a través de la aplicación informática habilitada por el Instituto de la Mujer de Extremadura en esta web.
    Tendrán que recabar la documentación necesaria y supervisar que esté completa e incorporarla a la aplicación informática.
    Una vez enviada la solicitud junto con la documentación, bastará con remitir la misma a la Secretaría General del Instituto de la Mujer de Extremadura, órgano gestor de la ayuda.