miércoles, 26 de septiembre de 2012

Preventorios: “Al vomitar me lo hacían comer otra vez”





Estuve en el Preventorio Infantil de Guadarrama en los años 1963 y 1965. Yo era muy pequeña. La primera vez que fui tendría siete años, fuimos tres años seguidos con lo cual la última vez tenía nueve. Los recuerdos de esos días a veces son muy nítidos y otras son muy vagos. Bien es verdad que, por duros que sean los tiempos y las situaciones que rodean a los niños, siempre hay buenos y malos recuerdos, pues no dejan de ser niños y ven las cosas con otros prismas diferentes que los adultos. Pero esos mismosnos marcan para el resto de nuestra vida sin darnos apenas cuenta.
Parece ser que era el patronato de vacunaciones los que se lo proponían a mi madre cuando nos llevaba a vacunarnos, al ser hijos de un enfermo de tuberculosis. Me imagino que además seguro que a mi madre le darían algún tipo de información asegurándole nuestro bienestar y nuestra futura salud con aquellos medicamentos que nos daban. A las hijas de estos enfermos nos mandaban por temporadas que no recuerdo cuanto duraban, creo tres meses, en donde desde que entrábamos hasta que salíamos no paraban de darnos medicamentos y nos ponían vacunas e inyecciones casi diarias. A mi madre nunca le dijeron que tipo de tratamiento usaban con nosotros y porqué, me imagino que las monjas que eran las que nos mandaban allí si sabrían algo sobre lo que se hacía allí y porqué.
Desde luego para nosotras, mi hermana y yo, que veníamos de estar en un colegio interno de niñas huérfanas de la misma época el preventorio en algunas cosas casi era un hotel de cinco estrellas, hasta se podía repetir.
Yo lo recuerdo muy estricto todo tipo militar como en las películas, esperábamos colas para que nos dieran la ropa, en la que habían unas bragas cuadradas gigantes que se ataban con una cinta incómoda, nos separaban por habitaciones de colores y la ropa era del mismo color. Nos duchaban a todas desnudas y de diferentes edades todas juntas, refregándonos con estropajos de esparto, arañándonos todo el cuerpo ysi protestabas te lo hacían mas fuerte.
Yo con las picaduras de los mosquitos tenía mucha reacción alérgica, tanta que en alguna ocasión me dio fiebre y me tuvieron que meter en la casita verde, la enfermería. En realidad para las picaduras no te daban nada y yo me rascaba hasta hacerme heridas y seguro que se infectaban, por eso a lo mejor me daba fiebre. ¿Quién sabe?
Recuerdo algunas canciones y dichos curiosos típicos solo de allí.
Evidentemente teníamos miedo, pues en una ocasión me caí de bruces estando sentada en un banco del patio al tener metidas las manos debajo de las piernas y los pies enganchados en las tablas de atrás por debajo del banco y me tapé con un trapo para que no me vieran llorar, pensando que me iban a pegar por haber hecho eso.
En realidad hay muchos momentos dolorosos de miedos, soledad, incertidumbre, falta de caricias y mimos. Vamos, un compendio de sentimientos difíciles de explicar cuando eres tan pequeña y te toca vivir esas situaciones.
Yo siempre tuve problemas con el estómago, era muy lenta comiendo, aburría a todo el mundo, pero es queme sentaba mal la comida y nada mas lejos de comprobar por qué me sentaba mal, al vomitar me lo hacían comer otra vez y otra, hasta que una vez mi hermana dos años mayor que yo se levantó y la lió gorda hasta conseguir hablar con la superiora o jefa. Yo era muy pequeña y no recuerdo que pasó después.
De esa época recuerdo alguna canción, dichos y otros detalles.
Os adjunto fotos que mi madre guarda amorosamente en el álbum de nuestra infancia. Por detrás se ve la fecha  y dos están escritas por mi hermana a mi madre. En lo escrito se aprecia la preocupación sobre el crecimiento adecuado y la salud al estar gorditas o no.
Gracias por tomaros interés en casos como este, donde nos hace mas humanos entendiendo muchas cosas cuando sabemos del sufrimiento humano y no entendiendo otras que el ser humano es capaz de hacer.
Cuando me hice mayor pensaba muchas veces en aquellos años con dolor y algunos buenos recuerdos y siempre pensé que a lo mejor solo me había pasado a mí y no tuve tiempo ni la idea de compartirlo con nadie, ahora que he visto vuestro artículo los recuerdos han venido  mas fuertes todavía y estoy encantada de compartirlo.

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