Desvestir un santo para vestir a otro. Muchas veces al presentarse una situación imprevista, debe de cambiarse el destino de recursos que ya estaban programados. |
Ejemplo: Después de las fuertes inundaciones, al gobierno no le quedó más recurso que desvestir un santo para vestir a otro, ya que lo que había pensado invertir en nuevos caminos tuvo que aportarlo para atender a los damnificados durante la emergencia. |
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