domingo, 12 de abril de 2015

Sucedió en el Valle...


Marcela es una pequeña cierva y ya desde hace unos meses, el Valle se ha convertido en su hogar. La conocimos justo al acabar el verano, un sábado por la tarde cuando tres amigos recorríamos el impresionante Via Crucis. Andábamos por Altar Mayor cuando nos sorprendió ver un pequeño rastro de sangre. Era reciente. Asustados lo seguimos y a 50 mts. metidos en el bosque, encontramos a Marcela. Tenía un balazo en el cuerpo que le había metido un cazador furtivo. La pequeña cierva nos contó que casi a rastras, pudo traspasar la valla y entrar al Valle de los Caídos. Sabía que allí al menos estaría a salvo y no se encontraría con ningún otro cazador. Estaba derrumbada y casi desfallecida, la encontramos lamiéndose la herida. Al acercarnos, la acariciamos y mimamos. Ella estaba muy dolorida y tenía miedo, nosotros sabíamos que si no actuábamos rápido, moriría. Mientras dos quedábamos haciéndole compañía, Rafa, (que es veterinario) bajo corriendo hacia el coche, marchando a Guadarrama para coger todo lo necesario de su clínica e intentar salvarle. En algo menos de una hora ya le estaba operando. Rafa le sacó la munición que tenía dentro y le limpió bien la herida. Después un poco de agua y antibiótico. Se nos había hecho de noche y andábamos con linternas. Le hicimos una pequeña guarida para que se refugiase. Teníamos miedo de encontrarnos a alguien que pudiera pensar que intentábamos hacer alguna fechoría… hubiera sido horrible. Nada mas lejos de nuestra intención. Dejamos a Marcela tranquila y le prometimos volver al día siguiente. Así lo hicimos y durante los dos meses siguientes, íbamos al Valle de continuo, dos o tres veces a la semana, por las tardes para cuidarle, (siempre se nos hacía de noche) nos turnábamos cuando no podíamos ir los tres. Lo importante era poder encontrarle, en eso no tuvimos ningún problema pues ella salía a nuestro encuentro. Era muy importante poder limpiarle la herida y darle el antibiótico sobre todo. También le llevábamos comida. Es una golosona Marcelita. Adora las manzanas, y las coles le encantan. Marcela se repuso, y se curó completamente, quedándose a vivir allí. El Valle de los Caídos es su hogar ahora.
Nosotros seguimos yendo al Valle al menos una vez por semana, los domingos principalmente, y después de la Misa de once en la Basílica, nos escapamos un rato al monte para ver a Marcela. Nos hemos hecho buenos amigos. Ella fue la que hace unos días, en la pasada Nochebuena, nos invitó a ver el Portal de Belén que todos los años la fauna que vive en el Valle, pone en la montaña. Es espectacular. Pudimos también hacer unas fotografías, pero eso ya es tema para mañana.
Beatriz Avilés.

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