lunes, 2 de diciembre de 2013

"APRENDA A COMUNICARSE"

Un cura aficionado a la ornitología tenía doce pájaros. Todos  los días los soltaba para que volaran y éstos siempre regresaban a sus jaulas. Pero un día sólo regresaron once, así
que el sacerdote, decidido, en la misa del domingo preguntó :
>¿Quién tiene un pájaro?
Todos los hombres se levantaron.
>No, no me expliqué bien. ¿Quién ha visto un pájaro?
Todas las mujeres se levantaron.
¡No, no! Lo que quiero decir es : ¿quién ha visto mi pájaro?
>Todas las monjas se levantaron.
"APRENDA A PREGUNTAR
CORRECTAMENTE"
Una dama entra a una farmacia y le pide al farmacéutico :
-Por favor, quisiera comprar arsénico.
Dado que el arsénico es muy tóxico y letal el farmacéutico quiso saber más datos antes de proporcionarle la sustancia.
-¿Y para qué querría la señora comprar arsénico?
-Para matar a mi marido.
-¡Ah, caramba! Lamentablemente para ese fin no puedo vendérselo.
La mujer sin decir palabra abre la cartera y saca una fotografía del marido haciendo el amor con la mujer del farmacéutico.
-¡Mil disculpas!, dice el farmacéutico -no sabía que usted tenía receta.
"NUNCA PREGUNTE ALGO POR LO
QUE TENDRÁ QUE DISCULPARSE"
Un anciano judío muere y al encontrar a Dios en el paraíso, le cuenta su vida.
-Lo peor que me ha pasado es que mi hijo se convirtiera al catolicismo.
-A mí también me pasó lo mismo -contesta Dios.
-¿Y qué hiciste?, pregunta el Judío.
-Un nuevo testamento.
"ESCUCHE COMO OTROS HAN
RESUELTO PROBLEMAS IGUALES A LOS SUYOS"
Un conocido lord inglés reunía a sus amistades a tomar el té a la hora señalada todos los martes de cada semana en su palacio de Bloodshire.
Cierto martes, el puntualísimo caballero no apareció y los invitados estaban intrigados. En cierto momento aparece el mayordomo y les dice a los presentes, con típico "british accent" :
-Señores, Milord les pide disculpas por la demora y les anuncia que después de mucho tiempo, se ha reencontrado con su vieja y querida amiga Lulú, de París. Dice que si puede, dentro de dos horas estará con ustedes, y si no puede, dentro de diez minutos. Muchas gracias
"CUANDO TENGA QUE DAR UNA
EXCUSA, QUE SEA CON ELEGANCIA"
El preguntó :
¿Por qué Uds. las mujeres siempre tratan de impresionarnos con la apariencia, y no con la inteligencia?
Ella respondió :
-Porque hay más posibilidades de que un hombre sea estúpido que ciego.
"CUANDO HAGA PREGUNTAS FILOSAS
PREPARESE PARA RESPUESTAS CORTANTES"
Un Gerente está con un paquete de hojas frente a la trituradora de papeles. Se le ve desconcertado, mira por un lado, mira por el otro. En eso pasa un empleado y muy amablemente le dice:
- ¿Le ayudo?
El Gerente, agradecido, contesta:
- Muy amable, parece ser que me quedó grande la tecnología.
El empleado, muy diligente, toma el paquete de papeles, los coloca en una ranura, y se oye el sonido de los papeles cuando se hacen trizas. El   empleado le dice al Gerente:
- ¿Ve que fácil?
y el Gerente pregunta:
- ¿Y por dónde salen las copias?
PREGUNTE PRIMERO ANTES DE
ENTROMETERSE.
Uno siempre quiere adivinar lo que el jefe espera. No se las de de adivino, es un muy mal método.
Llega un paisano al bar del pueblo y deja atada su perra a un árbol.
Al instante una jauría de perros se arremolina a su alrededor tratando de conquistarla.
En medio de un concierto de ladridos, gruñidos, mordiscos y aullidos, un policía entra al bar y pregunta por el dueño de la perra.
El paisano, que se estaba tomando un vaso grande de ginebra, levanta la mano y dice : "yo". - Su perra está alzada, le dice el policía.
- No puede ser, yo la dejé en el suelo, responde el paisano.
- Quiero decir que está en celo, insiste el policía.
- No puede ser, yo jamás le di motivos, ni siquiera miro a otras perras..- contesta el gaucho sediento.
- Digo que está caliente, ¿me entiende?
- No, no lo entiendo, me cercioré de dejarla a la sombra.
Exasperado, el policía exclama :
•   " Óigame, su perra quiere tener relaciones sexuales".
•   El paisano le responde :
•   “ Pues ¡Adelante mi hijo! Siempre quise tener un perro policía"
"HABLAR NO ES LO MISMO QUE COMUNICARSE"

! VINICIO Y EL ABRAZO DEL PAPA !

 A principios de este mes una foto dio la vuelta al mundo, el abrazo emotivo que
el Papa Francisco dio a un enfermo en una de las audiencias semanales del pontífice en Roma.
Casi dos semanas después de aquel momento este hombre enfermo ya no es un ser anónimo. Su nombre es Vinicio, tiene 53 años y padece una rara enfermedad de origen genético.
 En la Plaza de San Pedro abarrotada Francisco fijó sus ojos en un enfermo que habían
llevado en peregrinación, una persona gravemente enferma con grandes bultos por
todo el cuerpo y al que el Papa acarició, consoló, abrazó y besó.
Una instantánea que conmovió a todos.
 Vinicio nació en Isola, un pequeño pueblo
de la provincia de Vincenza (Italia).
Vive con su hermana pequeña Morena y con su tía Caterina, su tutora.
Como su hermana (ésta de una forma menos severa), sufre la enfermedad, de Recklinghausen desde los 15 años .
“Me dijeron que a los 30 años ya estaría muerto. Pero todavía estoy aquí”.
Se trata de una enfermedad rara conocida también como “neurofibromatosis de tipo 1”, que le produce el crecimiento de tumores y de quistes por todo el cuerpo, hasta provocar que la persona casi quede irreconocible.
Actualmente no hay ningún tratamiento que pueda curar esta enfermedad.
 Vinicio, de alguna manera, ha tenido suerte: su tía lo ama profundamente, le lava y le
cura las numerosas llagas de su cuerpo.
Ella fue quién lo acompañó al encuentro con Francisco en la Plaza San Pedro para
conmemorar el 110 aniversario de la Unitalsi, una organización católica que cuida y consuela a los enfermos.
 Ha sido tratado en la calle como "hombre elefante". Recuerda cómo las madres cruzan la
calle para evitarlo, pero los de su comunidad ya han llegado a quererlo.
"Los que conozco desde hace mucho tiempo son amables, los otros son horribles".
Ni qué decir tiene que las personas con neurofibromatosis son a menudo marginadas por su aspecto.
 En una entrevista exclusiva a la revista de noticias italiana Panorama ,Vinicio comentó que
se quedó sin habla cuando el Papa no dudó en tocarlo.
Rechazado por la calle, y que ha provocado el horror incluso en sus médicos, describió por primera vez el encuentro, diciendo que ser acariciado por Francisco era como "estar en el paraíso”.
 “El Papa no me ha tenido miedo y me ha abrazado. Mientras me acariciaba, no sentí
más que amor”
”Me abrazó completamente en silencio“. “A veces el silencio dice más que las palabras".
 “Primero me tomó la mano,
mientras con la otra mano, me
acarició la cabeza y las heridas. Y
después me atrajo hacia él, en un
fuerte abrazo y besó mi cara.
Me apretó fuerte, fuerte, como si me mimara, y ya no me soltó. Intenté hablar, decirle algo, pero no lo logré: la emoción era demasiado fuerte. Eso duró algo más de un minuto, pero me pareció una eternidad”.
“Sentí que el corazón se me salía del cuerpo”.
 “Las manos del Papa son muy tiernas. Tiernas y bellas.
Y su sonrisa clara y abierta. Pero lo que más me ha impresionado es
que no lo pensó dos veces antes de abrazarme. Yo no soy
contagioso pero él no lo sabía.
Lo hizo y ahí está: me acarició toda la cara y mientras lo hacía, yo no sentía más que amor”.
 El encuentro con Francisco fue para
Vinicio el comienzo de una nueva
etapa.
Dice que después del abrazo del Papa se sintió tan emocionado que se volvió hacia su tía:
" esto me va a matar de la emoción".
Ya con más calma le dijo:
"Más tarde me dirigí a mi tía y le dije: Aquí dejo mi dolor“.
 Para una persona que ha sido marginada y a la que la
gente no se atrevía prácticamente a mirarle la cara, su
encuentro con el Papa ha sido “como tocar el
cielo”. Su propia tía asegura que estaba en "éxtasis" ante una experiencia que nunca había vivido.
Y allí el Papa le dio lo que nunca había recibido de manera tan clara, ese amor que va más allá de lo humano. "Estoy en el Paraíso”
 Dice su tía que después del abrazo del Papa es otro hombre , se siente
feliz e importante. Las fotos y las entrevistas están dando la vuelta al
mundo.
El Papa protagonizó uno de
los muchos gestos que van
marcando su pontificado.
Gracias Santidad
por todo lo que
nos regalas.

Madrid desde el aire: La sierra escondida


PANORAMA SINDICAL ESPAÑOL


La curiosa afición de una joven por tejer con ayuda de sus partes íntimas

Casey Jenkins (Captura Youtube)
Creía que lo había visto todo. Que estaba curado de espanto. Pero de nuevo me volví a equivocar.Una joven australiana llamada Casey Jenkins me ha roto todos los esquemas. Su ocurrencia no tiene parangón con cualquier otro hecho que haya relatado en mi todavía corta vida de becario: lachica teje todo tipo de prendas (preferentemente bufandas) introduciendo el ovillo de lana en su cavidad vaginal. Sí amigos, no había mejor sitio para meter la bola textil.
La intención de Casey es acabar con cierto tipo de tabúes sociales. “Espero que la gente se cuestione sus temores y referencias negativas en torno a la vulva“, afirma en unaentrevista a un medio local. Además, añade que tiene mucho cuidado con los ovillos y los cambia cada 24 horas para evitar posibles infecciones. “No es muy incómodo, sólo lo paso un poco peor cuando estoy menstruando porque la lana se humedece y se hincha. Pero es algo que tengo que sufrir si quiero conseguir mis objetivos“, concluye. Vamos, que aunque esté con el periodo, sigue dale que te dale al tricotado.Esta activista/artista, así se califica Jenkins, ha llevado el craftvist  (uso de técnicas artesanales con el fin de concienciar a la sociedad de una forma pacífica) al extremo. Una forma muy rara de revolución no violenta. ¿Querrá parecerse a Gandhi? ¿Habrá tomado nota el colectivo Femen para dar un giro de tuerca a sus protestas?
Lo que está claro es que la publicidad que buscaba para su actividad la ha conseguido con creces, ya que el vídeo que ilustra todo su ‘laborioso proceso de trabajo’ lleva casi un millón y medio de visionados en cinco días. ¡Cómo están algunas cabezas!

! LA SILLA !

Hecha con moto-sierra por un Extremeño 

Muere Alfonso Armada, el conspirador silencioso

Alfonso Armada, el que fuera general, secretario general de la Casa del Rey, condenado a 30 años de cárcel por el 23-F e indultado, en una imagen de febrero de 2011.
La delicada situación física del ex presidente Adolfo Suárez hace imposibe que sepamos nunca en qué se basaban sus sospechas sobre el artillero Alfonso Armada, general de división y hombre, además de profundamente religioso, de una integridad personal a prueba de cincel. Fueron sus virtudes, su disciplina, su austeridad, su moralidad, las que le condujeron a ser uno de los profesores del Príncipe Juan Carlos y, después, secretario de su Casa durante l7 años. Pero el comienzo de los años ochenta fue un caldero de conspiraciones y misterios en el que Armada no fue el único protagonista, ni siquiera el principal: la Unión de Centro Democrático, el Gobierno que desatascó el carro de la democracia, se encontraba en descomposición interna y era un reino de taifas personalistas; ETA jugaba abiertamente al golpe de Estado, asesinando oficiales y jefes militares, sembrando el malestar militar ante una hipotética debilidad del propio sistema democrático, y Suárez había perdido su carisma y se rumoreaba en la Corte que, también, el favor del Rey.
Suárez y sus hombres de confianza pusieron su empeño en sacar a Armada de La Zarzuela teniéndole por una influencia nefasta y hasta inconstitucional. Armada no era un golpista en «estrictu sensu», ni un «milico bananero» y menos un traidor a sus juramentos y al Rey, por el que sentía veneración. Pero en su almario hubiera preferido que España estuviera presidida por Manuel Fraga y su entonces Alianza Popular, que por la UCD. Claro que sólo por eso no se organiza una asonada como la del 23 de febrero de 1981. Mi amigo Enrique Múgica Herzog, uno de los líderes socialistas que entronizó a Felipe González, ex ministro de Justicia y ex Defensor del Pueblo, se enojará sólo porque le cite, pero su reunión con Armada en Lérida tuvo lugar. El general estaba al frente de la división de montaña Urgell y Múgica presidía la comisión de Defensa del Congreso. Hubo dos comensales más, de menor importancia, y, por supuesto, se habló de la complicada situación del país y de la necesidad de dar un «golpe de timón», expresión de moda en aquellas fechas.
Un atípico almuerzo
Los hacedores de chismes suponían que el PSOE podría no oponerse frontalmente a un gobierno de salvación nacional presidido a plazo fijo por un militar de prestigio que no aboliera la Constitución. Yo no creo que González suscribiera tamaña chapuza. Lo único que sé de cierto sobre aquel atípico almuerzo es que Alfonso Armada se quejó de que teniendo su división tantos semovientes, estando tan escasamente mecanizada, no podía hacerla desfilar porque movía a risa. El general requirió para sí la segunda jefatura del Estado Mayor del Ejército y, dado su historial, nadie se la pudo negar, pese a la oposición frontal de Suárez, quien siguió viendo en él un peligro real para la democracia.
Sus movimientos la tarde del cuartelazo son extraños. Hizo creer a otros, como el general Juste, al mando de la división acorazada en las puertas de Madrid, que se encontraba en Zarzuela asistiendo al Rey en la crisis. De ahí la famosa frase del general Sabino Fernández Campo, su sucesor en la Casa: «Ni está ni se le espera». Intentó sin éxito que se le reclamara desde Palacio y, finalmente, pidió permiso a su superior, teniente general Gabeiras, para acudir al Congreso de los Diputados y reducir sin sangre a un coronel Tejero que insistía en no recibir más órdenes que las de Milans del Bosch, capitán general de Valencia.
Antonio Tejero sostiene que Armada le presentó la lista de un Gobierno de coalición, disparatado, que iba desde Manuel Fraga a Ramón Tamames, entonces en la dirección comunista. Armada quería dirigirse a los diputados secuestrados y Tejero amenazó con matarle allí mismo y luego pegarse un tiro. El desenlace de aquella zarzuela castrense es conocido, y el Rey fue desmontando con el teléfono de la Red Militar de Mando un tejido de Capitanías Generales más tupido de lo que todavía creemos.
En su juicio por rebelión militar, junto a una treintena de conmilitones y un solo civil (García Carrés, un sindicalista vertical), Armada sí que estuvo meridianamente claro: nada tenía que ver el Rey con la conspiración y él era el único responsable de sus posibles faltas. Días antes del inicio del proceso, nos reunimos en una cena Sabino Fernández Campo, el general Manglano, director del entonces Cesid (servicios de inteligencia), Juan Luis Cebrián, el editor Jesús de Polanco y yo. Se nos advirtió de que la defensa de los encausados no tenía otro propósito que la de embasurar la figura del Rey, atribuyéndole la iniciativa golpista, y que les preocupaba la intoxicación de los medios informativos. Así fue; todos los encausados hicieron piña aduciendo obedecer órdenes por la cadena de mando, asegurándoles que detrás estaba la voluntad del jefe supremo de las Fuerzas Armadas.
Armada declaró repetidamente que no había recibido ninguna orden real, que informó a sus superiores de su intención de ir al Congreso y que todos sus pasos aquel día fueron dirigidos a evitar una matanza.Ya se sabe que para la jurisdicción militar no basta con ser inocente sino que, además, no tienes que parecer culpable, y era inevitable que al religioso artillero de la División Azul en el frente de Leningrado (precisamente junto a Miláns del Bosch) le condenaran a treinta años por rebelión militar. Pocos años antes le hubieran fusilado.
A medida que los protagonistas de aquellos sucesos mueren sin memorias, se difumina la nomenclatura de responsabilidades. Muchos sostienen que el Elefante Blanco (militar, por supuesto) que debía dirigirse a los diputados era Armada. Es lo más verosímil, pero existieron otros supuestos. En Montevideo, el teniente general Gutierrez Mellado, vicepresidente con Suárez y también caballero sin espada ante Tejero, me tomó del brazo en un paseo: «El Elefante Blanco era el teniente general, último ministro del Ejército en un Gobierno de Franco, Santiago y Díaz de Mendívil. En el juicio militar hacíamos bromas: «¿De qué color es el Elefante Blanco de Santiago?». Armada ha muerto fiel a sus lealtades sin levantar una palabra contra nadie, cultivando flores exquisitas en los invernaderos de su pazo gallego. Para la Historia, otro espadón. En la vida privada, un señor. Equivocarse no es delito.