miércoles, 22 de mayo de 2013

Rajoy se niega a responder a la moción de censura de Aznar y dice que no cambiará su política

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, durante la rueda de prensa en Bruselas tras la cumbre de la UE.

Hasta cuatro veces preguntaron hoy en Bruselas a Mariano Rajoy por la entrevista de José María Aznar en Antena 3, pero el jefe del Ejecutivo no varió el contenido de su respuesta: "No comento las declaraciones de ex presidentes del Gobierno y no lo voy a hacer ahora"; "No me va a encontrar en ningún comentario sobre el ex presidente Aznar", o "Ya he dicho cuanto tenía que decir sobre ese asunto", han sido las declaraciones de Rajoy sobre el juicio negativo que el presidente de FAES hizo ayer sobre las políticas del Gobierno. Mucho menos, el jefe del Ejecutivo quiso responder sobre si Aznar le había sido o no "leal" durante su aparición televisiva de ayer y, ante la insistencia de los periodistas, ha pedido que dejaran de preguntarle por ese tema, porque iba a decir siempre lo mismo "aunque fuera de otra manera".
Con todo, preguntado sobre si tenía intención de variar en algo sus políticas, a tenor de la dura indicación de Aznar en este sentido, Rajoy fue muy claro y se mantuvo en la línea expresada hasta ahora por él y todo el Gobierno: "Hay un rumbo marcado y hay que mantenerlo. Estamos en el camino y no voy a cambiar de políticas, porque estaría engañando a los españoles". Rajoy sigue asegurando que hay signos positivos (menor déficit, caída de la primas de riesgo, menor coste de financación, inflación, balanza comercial o sector exterior) y, aunque el objetivo final "está lejos aún" (crecimiento económico y creación de empleo), se logrará.ç
Rajoy ha descartado, además, que la Comisión Europea vaya a pedir a España reformas adicionales para corregir sus "desequilibrios excesivos" cuando haga sus recomendaciones de política económica el próximo miércoles 29 de mayo. El Ejecutivo comunitario debe decidir además ese día si lanza un expediente sancionador contra España por estos desequilibrios económicos. "¿Si nos pueden pedir algo más? Yo no lo veo. Yo creo que todo lo que es razonable y todo lo que es sensato o se ha hecho o está en marcha", ha dicho Rajoy en rueda de prensa al término del Consejo Europeo, en la que ha dado a entender que no contempla sanciones de Bruselas.
El presidente del Gobierno descarta que Bruselas vaya a exigir a España nuevos ajustes
El presidente del Gobierno da por cerrado el riesgo de intervención en la economía española o "rescate" -ahora sí utiliza el término- y así lo dejó claro, una vez más, a los periodistas. Rajoy aseguró que no se pedirán más de los 40.000 millones de euros para el rescate financiero, ni para los bancos ni mucho menos -sostuvo- "para un plan macroeconómico" como el que le ha sugerido el líder del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba. Asimismo, el presidente del Gobierno ha asegurado que ni Merkel le ha pedido que use los millones que van de los 40.000 del rescate financiero empleado hasta el tope de 100.000 que le había ofrecido Bruselas, "ni nunca se lo pedirían", porque, según Rajoy, sería como otro "rescate", con sus nuevas negociación y condiciones.
Algunos analistas señalan que el deterioro de la situación económica y las nuevas normas del Banco de España, que exige más provisiones para cubrir la refinanciación de los préstamos, harán que la banca nacionalizada necesite una nueva inyección de capital, que calculan que puede ser de, al menos, otros 10.000 millones de euros. Ese dinero saldría directamente del Frob, que realizaría una emisión de deuda específica para recabar estos fondos.
A esto se ha referido Rajoy en Bruselas:  "Lo segundo, que en el supuesto de que hiciera falta, yo creo que no tendría que salir del Mede (fondo europeo de recapitalización). Si hay que hacer algunas provisiones, creo que lo pueden hacer perfectamente acudiendo al mercado. En cualquier caso estamos hablando de cantidades muy menores (...) yo no estoy preocupado en absoluto por ese tema".

El Gobierno aprueba este viernes en Consejo de Ministros la Ley de Emprendedores

El Gobierno aprobará este viernes en Consejo de Ministros la Ley de Emprendedores, con la que busca fomentar la inversión y la creación de empleo en España y que incluirá facilidades en la concesión de visados y residencia a inversores extranjeros que traigan proyectos empresariales, según ha anunciado el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. En la rueda de prensa tras la cumbre de Bruselas, Rajoy recordó que en su debate de investidura aseguró que esta sería una legislatura "de reformas continuadas", y destacó en concreto la Ley de Estabilidad Presupuestaría, "la más importante", así como la reforma laboral, la reestructuración del sector financiero o los cambios en el sector energético.
En este sentido, el presidente aseguró que el Ejecutivo va a continuar con el plan de reformas anunciado, como demuestra la aprobación de la Ley de Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa el pasado viernes y la de la Ley de Emprendedores en el próximo Consejo de Ministros. Asimismo, sobre la reforma de la Administración pública, adelantó que el informe encargado por el Gobierno sobre este tema y en el que se lleva trabajando varios meses puede estar entregado en el mes de junio.
El anteproyecto de Ley de Emprendedores en el que trabaja el Gobierno incluirá facilidades en la concesión de visados y residencia a inversores extranjeros que traigan proyectos empresariales creadores de empleo, de impacto socieconómico destacable o relevantes para la innovación científica y tecnológica, según anunció el pasado lunes la ministra de Empleo y Seguridad Social, Fátima Báñez.
Asimismo, el secretario de Estado de Economía y Apoyo a la Empresa, Fernando Jiménez Latorre, confirmó este miércoles que el Gobierno podría incluir también en esta ley la concesión del permiso de residencia tanto a los extranjeros que adquieran una vivienda habitual, aunque rehusó concretar los detalles de esta medida.

Montoro responde a Aznar: "No se puede bajar impuestos ahora"

Montoro dice que estaría "encantado" de bajar impuestos pero recalca que no hay margen para hacerlo
El ministro de Hacienda ha dado la respuesta más clara y directa al desafío planteado por José María Aznar en la entrevista de Antena 3. Al entrar en el Congreso, no ha querido hacer declaraciones pero en la tribuna ha sido muy concreto: "Lo digo para las voces que insisten en que hay que bajar impuestos ya. Les aseguro que yo estaría encantado de promover a la Cámara y a la sociedad española que bajemos impuestos ya, pero no hay margen", ha afirmado.
Aznar no deja de insistir en que bajó los impuestos cuando era presidente. Montoro ha aportado el contexto del que no habla el expresidente. Ha recordado que las bajadas de impuestos de los Gobiernos del PP (presididos por Aznar) se decidieron cuando la economía crecía a un ritmo del 3 y el 4 por ciento del PIB. "Ahora vamos a caer el 1,4 por ciento" por lo que el Ejecutivo está haciendo "una política tributaria que no llegue a mayor déficit o incluso a no poder sufragar el pago de prestaciones sociales básicas".
"Esta es la cuenta. Las añoranzas y melancolías me las dejo para otro día, pero esta es la cuenta que tenemos que presentar al país", ha asegurado. La situación económica no ofrece margen para hacerlo y no deberían trasladarse "mensajes equivocados" a los ciudadanos.
A primera hora del miércoles, la mayoría de los ministros y diputados del PP han demostrado su incomodidad con las palabras de José María Aznar en la entrevista de Antena 3 y no han querido expresar su opinión. José Manuel Soria, Jorge Fernández Díaz, Alberto Ruiz Gallardón y Ana Mato apretaron el paso en los pasillos del Congreso para no responder a las preguntas de las periodistas. La respuesta de Miguel Arias Cañete consistió en decir "buenas noches" a las 9.30 de la mañana. En el otro extremo, Jesús Posada. El presidente del Congreso discrepó de que Aznar pueda volver a la primera línea de la política ya que "las cosas se van para no volver y ahora los tiempos van por otro camino".
El temor a opinar sobre la andanada de Aznar hizo que los pasillos del Congreso ofrecieran una estampa nada habitual. Si cada miércoles de sesión de control los alrededores del hemiciclo son un hervidero de diputados y asesores, en esta ocasión se han quedado vacíos. Todos en el partido de Rajoy han optado por el silencio durante las primeras horas de la mañana. Al segundo intento, algunos han aceptado dar su opinión cuando dejaban el pleno. Es el caso de la ministra Mato, que definió a Aznar como "un referente" en el partido aunque descartó que la entrevista pudiera interpretarse como una desautorización a Rajoy.
Los primeros en hablar han sido Soraya Saénz de Santamaría y el diputado Vicente Martínez Pujalte. La vicepresidenta del Gobierno ha dicho que todas las opiniones y aportaciones son respetables y bienvenidas, como si la opinión de Aznar fuese la de un cualquiera en el seno del PP. De esta forma, el partido de Rajoy quiere restar drama al día después de las demoledoras declaraciones de Aznar. Según un destacado diputado del PP consultado por esta redacción: "Hay ambiente revuelto. Muchos se han ido acercando a los de Aznar para enseñar la patita". El presidente del Congreso, fue de los más claros, pero para descartar de plano que el expresidente pueda volver. Posada insinuó que la irrupción de Aznar y su empeño en dejar en el aire su vuelta a la política desde primera fila fue una forma de hacerse el interesante: "Es que el ser humano es como es y cada uno piensa lo que piensa de sí mismo". Él, dijo, opina desde fuera.
Algunos diputados próximos al expresidente no demostraron sentirse violentos ante la carga de Aznar contra Rajoy. Un ex miembro de la cúpula del partido aseguraba haberlo visto "en plena forma" y "cargado de determinación y argumentos" a la hora de defender los cambios en el proyecto político de Rajoy. Lo que este diputado conservador no tiene muy claro es "a dónde conduce la situación" creada tras la irrupción en escena del expresidente. A la pregunta de si no estuvo demasiado duro, la respuesta es que no.

Desconcierto y malestar en las filas del PP tras las palabras de Aznar

El mensaje público para responder a las duras declaraciones de José María Aznar ayer en Antena 3 es el de "respeto" a todas las opiniones, pero con cierre de filas en torno a Mariano Rajoy y su gestión. No habrá enfrentamiento público con el ex presidente del Gobierno o así lo han dejado entrever hoy en sus distintas declaraciones la vicepresidenta, el ministro de Justicia, la ministra de Sanidad, el presidente del Congreso o la vicepresidenta de esta Cámara, Celia Villalobos.
Soraya Sáenz de Santamaría ha asegurado que respeta "todas las opiniones de todos y cada uno" que quieran expresarlas, especialmente, ha añadido, las de quienes hacen "aportaciones para que en este país, se vuelva a crear empleo y a crecer". Por su parte, Alberto Ruiz-Gallardón se ha limitado a expresar su "absoluto respeto por todas las opiniones de José María Aznar", y Ana Mato ha indicado que el sentimiento del ex presidente pidiendo una subida de impuestos es el de "todo el Gobierno" y ha rechazado que hubiera crítica alguna a la labor de Rajoy por parte de su antecesor. "En absoluto", ha remachado.
Aunque sin citar a Aznar, el ministro de Hacienda y Administraciones Públicas, Cristóbal Montoro, también mandó un mensaje al expresidente del Gobierno durante la sesión de control al Gobierno al asegurar: "Estaría encantado de bajar los impuestos ya pero no hay margen en una recesión económica". Montoro ha añadido en clara alusión a Aznar: "Las añoranzas y melancolías, para otro día". 
Jesús Posada, ex ministro de Aznar, sí ha entrado más en el asunto del regreso de éste a la primera línea: el paso del tiempo es "inexorable" y hay "cosas que se van para no volver. Son tiempos difíciles y de lucha, pero van por otro camino que no es el de Aznar", ha advertido.
"Las añoranzas y melancolías, para otro día", asegura Montoro 
Alfonso Alonso, portavoz del PP en el Congreso, cree que el regreso de Aznar es algo muy "lejano", aunque ha sostenido —sin matiz peyorativo— que el ex presidente "nunca" se ha apartado de la primera línea política. En el mismo sentido, Villalobos se ha mostrado muy escéptica con el regreso de Aznar al liderazgo del PP: "No ha dicho eso, yo no lo creo", mientras que el portavoz económico en el Congreso, Vicente Martínez Pujalte, cree que "cada uno puedo hacer los comentarios que crea convenientes, pero el Gobierno lo está haciendo lo mejor que puede", ha señalado mostrándose algo más molesto. Pujalte, que no ve un regreso de Aznar como alternativa a Rajoy, cree que el Ejecutivo "tendrá sus aciertos y algunas cosas que se podrían mejorar, pero hace lo mejor para los ciudadanos".
Desde Euskadi, ha sido más crítico con el presidente de FAES el nuevo portavoz del PP vasco en el Parlamento autonómico, Borja Sémper. Con el tuit "Zapatero se consolida como el mejor ex-presidente de Gobierno", el diputado ha criticado implícitamente, por un lado, que Aznar hable y, por otro, que lo haga para cargar contra las políticas de su sucesor, aunque horas más tarde ha apelado a la "ironía" sobre el silencio del socialista. La comparación con el ex presidente José Luis Rodríguez Zapatero viene a cuento por el silencio del que éste ha hecho gala desde que abandonó el poder en 2011 y la colaboración institucional que se ha impuesto como estrategia de post-mandato, llegando incluso a informar a La Moncloa sobre sus viajes al exterior, señalan en el entorno de la misma.

Advertidos de la entrevista

Ya fuera de micrófono, la sensación entre los conservadores es de desconcierto y profundo malestar por la que entienden una crítica gratuita de una personalidad política "muy representativa y teóricamente de los nuestros", además, con enorme proyección sobre el electorado del PP.
Rajoy, señalan otras fuentes, estaba advertido de la entrevista, por cuanto fue el propio Aznar quien la pidió al grupo Atresmedia con la intención de defenderse de las informaciones sobre sus sobresueldos y su conocimiento de una presunta financiación ilegal en el PP. Éste era el camino que iba a seguir el ex presidente en sus declaraciones, declaraban el lunes en la calle Génova. Pero, a la vista está, Aznar ha ido mucho más allá al manifestar de forma tan evidente su descontento y decepción; criticar las políticas de Rajoy, su inacción y al indicarle en un tono tajante lo que debería hacer para acabar con la "crisis institucional, política y económica" del país.
En otros sectores del PP se apunta, incluso, a una operación —respaldada más fuera que dentro del partido— para acabar definitivamente con el liderazgo del actual presidente del PP y encumbrar a alguien que pueda desplegar una estrategia afín a la de Aznar; por ejemplo, Esperanza Aguirre, aunque esto no está tan claro.

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