martes, 22 de octubre de 2013

Los analistas dan la razón a Botín: España ha vuelto al radar de los inversores


¿Está realmente llegando dinero a España por todas partes? El presidente de Banco SantanderEmilio Botín, desencadenó la pasada semana con esas palabras una buena controversia a cuenta de su optimismo, que algunos consideraron desaforado en un país con casi seis millones de parados, respecto a la situación económica de España.
"En los últimos meses se ha producido un cambio muy drástico y ha vuelto la confianza a España", aseguró el banquero, que, en realidad, no hacía otra cosa que subrayar un cambio de perspectiva que ya ha comenzado a filtrarse en los informes de analistas, bancos de inversión y, sí, incluso en los de las tan inflexibles agencias de calificación crediticia.
El asunto es que el fenómeno todavía no se refleja en las estadísticas oficiales lo que alimenta las dudas de los más escépticos.
Según los últimos datos de la balanza de pagos, el registro más fiable que existe sobre los movimientos de capitales que se producen desde el exterior en dirección a España (la inversión extranjera para entendernos), los flujos de inversión registrados entre enero y julio de este año no permiten avalar la afirmación realizada por Emilio Botín.
De hecho, si nos ajustamos a lo sucedido en ese periodo, la inversión exterior en España habría retrocedido. De una manera más suave en lo que se refiere a la contratación de depósitos bancarios o la concesión de préstamos, y de forma algo más intensa en la llamada inversión de cartera, aquella que se formaliza en títulos negociables, principalente acciones del mercado bursátil y bonos u obligaciones emitidas por elTesoro Público o por empresas.
Según la balanza de pagos, entre enero y julio los inversores foráneossacaron de España cerca de 20.000 millones de euros que tenían invertidos en este tipo de activos financieros.
Si analistas y medios no hemos comenzado a hablar otra vez de un problema de huída de capitales es porque la inversión directa, la que refleja la adquisición de participaciones representativas en empresas (tomas de control o entradas como accionistas de referencia) o la adquisición de inmuebles u otros activos a largo plazo arrojó un saldo positivo superior de 17.000 millones de euros, que compensó en buena medida las desinversiones en otros ámbitos.

Todo ha cambiado

Hasta aquí lo que dicen los datos. Porque la percepción generalizada sobre la situación actual es bien distinta a las conclusiones que se obtienen del análisis de la balanza de pagos.
"La balanza de pagos es un indicador muy fiable, pero va con mucho retraso. Es cierto que los datos hasta julio hablan de una salida neta de capitales de España y de una cierta desconfianza hacia el país que se refleja en las desinversiones en activos financieros", admite Santiago Sánchez Guiu, coordinador del Boletín de Análisis Macro de la Universidad Carlos III. "Pero en las últimas semanas se han consolidado una serie de factores que es probable que estén favoreciendo la inversión en España".
Se refiere el investigador a factores como el incremento de las exportaciones, la mejora de perspectivas de la industria, el estrechamiento de la prima de riesgo o el subidón del Ibex.
"La sensación que proyecta la economía española es la de haber tocado fondo, mostrando una franca disposición a mejorar, hecho que tiene un claro efecto llamada para los inversores no residentes", abunda Daniel Pingarrón, estratega de Mercados de IG.
Datos, lo que se dice datos, no hay demasiados: que este año han entrado más de 17.000 millones en fondos de inversión españoles, que 65.000 millones de dólares procedentes de fondos americanos han aterrizado en Europa muy pendientes de las oportunidades de inversión que les brinda el mercado español, según Gesconsult; y que el pasado mes de julio se negociaron 73.361 millones de euros en los mercados de renta variable, una cifra sin precedentes en los últimos 21 meses.
¿Cuántos de éstos se han quedado en España? Habrá que esperar a que se publiquen datos actualizados de la balanza de pagos. Hasta el momento, sólo disponemos de indicios.

Un destino atractivo para el dinero

Y éstos apuntan a que España ha pasado de ser un destino de riesgo a una tierra de oportunidades para los inversores.
Así identifica al país el último informe para inversores del influyente banco de inversión JP Morgan, que aprecia un mayor recorrido para el rally alcista que la Bolsa española vive en los últimos meses por el precio relativamente barato, respecto a otros mercados, de los títulos bursátiles de nuestras empresas y considera que España es un atractivo destino para la inversión una vez superados los nubarrones sobre la estabilidad del euro.
Daniel Pingarrón opina del mismo modo. Aunque el Ibex 35 se ha revalorizado un 31% desde el pasado mes de junio está bien lejos de sus máximos históricos, en los que sí cotizan otros selectivos. Otros analistas estiman que el selectivo español podría alcanzar perfectamente los 11.000 puntos.
Las oportunidades no se limitan a la renta variable. Las emisiones de obligaciones, bonos o cédulas por parte de las empresas también han despertado el apetito de los inversores extranjeros. A principios de octubre, cinco grandes del Ibex consiguieron captar en el mercado más de3.500 millones de euros en apenas 24 horas y si ampliamos el foco a los dos o tres últimos meses la demanda de papel ha sido tal que no se ha podido responder a ofertas por 35.000 millones de euros para hacerse con títulos.
El Tesoro español también ha percibido este cambio de paradigma. Las últimas subastas de letras, bonos u obligaciones se han cerrado con importantes demandas y un repunte significativo del interés de los inversores extranjeros, que de agosto del año pasado a agosto de 2013 han apostado 14.000 millones de euros más a la deuda española.
"Hay un interés creciente por inversiones que ofrezcan resultados consistentes con menor volatilidad", dicen los gestores de fondo, y en ese marco España es imbatible: ofrece un interés muy competitivo a los inversores (alto, según el Gobierno) y a un riesgo reducido. Un caramelo para los inversores.

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