sábado, 22 de junio de 2013

Por un Lorito



Suena el teléfono a las 3 de la
madrugada;
—¿Patrón? Habla el capataz de su hacienda
—Hola ¿pasó algo?
—No, nada grave Patrón, sólo
quería avisarle que ¡su lorito se murió!
—¿Mi lorito?
—Si patrón, ¡ese mismo!
—Pero...¿De qué murió?
—Comió carne podrida
—¿Y quién le dió carne podrida?
—Nadie Patrón, él se la comió de uno de los
caballos que estaban muertos.
—¿Caballos? ¿Qué caballos?
—Dos de sus caballos pura sangre se
murieron de cansancio, por tener que cargar
agua.
— ¿Por qué cargaban agua?
—¡Para apagar el fuego!
—¿Fuego, qué fuego? ¿Dónde?
—En su casa patrón, una vela se cayó debajo
de una cortina y prendió fuego a la casa.
—¿Vela? Pero ¿Quién encendió
una vela en mi casa? si tiene electricidad.
—Fue una de las velas usadas en el velorio
—¿Velorio? ¿Cuál velorio?
—El velorio de su mamá, patroncito. Ella llegó
en la madrugada sin avisar y yo le metí un
balazo pensando que era un ladrón.
— ¡¡Nooooooooooo oooooooo!!! ¡¡No puede
ser!!!
— ¡Ya, ya patrón no exagere!
¿Tanto escándalo por un lorito?

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