viernes, 1 de febrero de 2013

Una madre satisfecha con su imagen


Victoria Beckham, Jessica Simpson, Claire Danes o Megan Fox se dieron prisa para “volver a su talla”, apenas días después de dar a luz, y los medios cuentan lo maravillosas que reaparecieron en público. Mikel Ruffinelli no se dio prisa ninguna, es más, tras cuatro hijos tiene un considerable perímetro de caderas: casi dos metros y medio. Por supuesto no es famosa, pero su actitud vital merece un vistazo.
Mikel tiene 39 años, 190 kilos de peso y una circunferencia a la altura de las caderas que alcanza los 2,43 metros. Una mujer grande, ¿no? Ahí no acaban las cosas peculiares.
Mikel declara que no tiene ningún problema con su cuerpo, que le cuesta bastante encontrar lencería de su talla (sobre todo para la parte inferior), pero por lo demás está muy conforme -cosa que además se puede atestiguar por sus imágenes, en las que aparece siempre sonriente. Dice que recibe de su marido, Reggie Brooks, piropos todos los días. "Me encanta mi forma y no veo ninguna razón a la dieta porque no tengo problemas de salud".
Esta californiana tuvo a su primer hijo a los 22 años (Andrew, ahora de 19, lo tuvo con una pareja anterior), y por entonces sus dimensiones estaban más o menos dentro de la media, aunque pesaba unos 80 kilos. Pero a partir de ese primer embarazo comenzó a ganar peso, hasta pasar los 100.
Vinieron más tarde Destinee, Autumn y Justyce (trece, nueve y siete años respectivamente), que han llenado la última década de Mikel con sus crianzas, pero mientras tanto ella atribuía el sucesivo aumento de peso a esos embarazos, “no veo otra razón para que se me vaya todo a las caderas aunque, bueno, como bastante”. Su dieta actual no es para nada hipocalórica, ¡ingiere hasta 3000 calorías al día!
Todas nos hemos sentido deprimidas, en mayor o menor medida, al intentar recuperar nuestra talla después del parto. Mikel, durante un tiempo, también se preocupó por eso e intentó diversas dietas, pero desistió porque no funcionaron. Y decidió acostumbrarse y aceptar su cuerpo. “Tal como me hago mayor, he aprendido a querer mi cuerpo y a no tener miedo de enseñarlo”.
Tanto es así, que Mikel ha aparecido como modelo para una web de de ropa en tallas grandes durante varias temporadas, por cada uno de esos posados ganaba alrededor de 1000 dólares.
La mayoría de nosotras invertimos una buena porción de energía en controlar nuestros cuerpos, vigilando lo que comemos y cada centímetro que se aúpa a nuestras caderas, mientras correteamos detrás de los pequeños. Viendo la historia de Mikel, me pregunto, ¿no podríamos estar todas, sencillamente, a gusto con nosotras mismas?

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