martes, 16 de octubre de 2012

Le llega una factura de teléfono de ¡¡11.700 billones de euros!!

Fuente: Luis Sarabia (Flickr)

Ya sabemos que las compañías telefónicas generan bastante desconfianza  entre los consumidores, no sé si por sus tarifas abusivas o por la fea sensación de monopolio, primero, y oligopolio, después, que han ejercido durante años y años. El caso es que la popularidad de las telefónicas está al nivel de la popularidad de nuestros dirigentes políticos, décima de punto arriba, décima de punto abajo. A esa baja estima del ciudadano contribuye que de vez en cuando nos pasen una factura con la que no estamos de acuerdo. Algo así le ha sucedido a la francesa Solenne San José, que recibió un susto cuando descubrió el importe que le demandaba la operadora gala BT. ¡11.721.000.000.000.000 euros! En lenguaje coloquial, 11.721 billones de euros (billones de los de toda la vida, esto es, millones de millones. Puntualizo porque también he leído que la RAE va a aceptar la equivalencia que los americanos hacen de billón, “mil millones”).
¡Ni llamando las 24 horas del día a Sandro Rey  me salen las cuentas! Y eso que el futurólogo de aspecto siniestro que ameniza las horas canallas de la TDT española tiene un precio de tarifa casi prohibitivo. Para que os hagáis una idea, los cerca de 12 mil billones de euros equivalen a más de5.000 veces el PIB de Francia. Puesto en lenguaje futbolero, con esa pasta podrías fichar a 12.000.000 de CR7s, es decir, unos 50.000.000 de Iniestas o unos 6.000.000 de Messis.
Como ya imagináis, la factura no era 100% exacta, había un “ligero” desvío. El total a pagar por Solenne era de 117,21 euros, ¡que ya está bien! Seguro que alguna llamada a Sandro Rey había caído ese mes… Si ya es sorprendente de por sí el baile de cifras, a mí lo que me desconcierta es que alguien haya sido capaz de emitir esa factura sin pensar que quizá estaba cometiendo un error. Más aún, es alucinante pensar que las primeras llamadas que la señora San José hizo a BT para resolver el conflicto se resolvieran con el habitual “le remito a mi encargado”.
Moraleja: ten mucho cuidado con las llamadas a los sacacuartos del 806, pero ten aún más cuidado con la estupidez humana.

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