martes, 5 de junio de 2012

ISLANDIA


Islandia es el camino... O al menos el comienzo. Los hechos allí acaecidos demostraron que con la recuperación de su soberanía han venido aparejadas la justicia y la dignidad.

Hace cuatro años que en Islandia, esa glacial isla adscrita a Europa que descansa en medio de Atlántico Norte con apenas unos 300.000 habitantes, ocurren cosas interesantes y novedosas que no se reflejan en los medios corporativos de occidente, confirmando la manipulación inexorable de que es objeto la humanidad por el control que sobre los medios de prensa en el mundo ejercen la superpotencia y las oligarquías a ella adscritas.

En Islandia no ha tenido lugar una revolución social, pero sí ha ocurrido algo casi tan grave para la alta jerarquía de las finanzas: una revolución contra la tiranía de los bancos capitalistas en un mundo globalizado con raíces que conducen inexorablemente a Wall Street.

La recuperación económica experimentada por la isla tras liberarse de la carga parasitaria de la deuda con los bancos es vista por las cúpulas capitalistas europeas como un peligroso ejemplo para países que tildan de “morosos”, como Grecia e Irlanda. Sobre todo porque los éxitos recientes que viene logrando Islandia han llevado a muchos economistas a considerar que ha sido el colapso de los bancos lo que más ha ayudado a tales avances.

No sólo la economía islandesa no se derrumbó con la solución de la crisis a partir del impago de la deuda sino que cerrará el 2011 con un crecimiento del 2,1% que será del 1,5% en 2012, cifra que triplica la de los países de la zona euro.

Gran parte de ese crecimiento se basa en incrementos productivos, principalmente en el turismo y la industria pesquera. Ello contrasta con el cuadro que exhiben otras economías europeas, estancados o en declive.

Políticos y banqueros corruptos han sido sometidos a juicios.

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