miércoles, 28 de marzo de 2012

Miguel Hernández, 70 años sin el poeta del pueblo

El poeta (agachado), con otros milicianos en 1937./JESÚS MIGUEL MARCOS

Tal día como hoy hace 70 años murió Miguel Hernández en la enfermería de una cárcel de Alicante. Preso y condenado por el franquismo por su declarada simpatía hacia la República, el poeta del pueblo, como era conocido, no superó una bronquitis mezclada con tifus y tuberculosis.
A día de hoy, 70 años después de su muerte, la obra del poeta está encerrada en la caja fuerte de un banco español después de que el Ayuntamiento de Elche, gobernado por el Partido Popular, decidiera romper de manera unilateral el convenio que unía el legado del poeta a la ciudad.

El poeta pastor, como es conocido en su Orihuela natal por su profesión, murió a los 31 años de edad. Tiempo suficiente para convertirse en uno de los poetas más grandes de la literatura hispana del siglo XX y para componer uno de los poemas más famosos de nuestros tiempos: Nanas de la cebolla. Esta pieza surgió cuando estando encarcelado por el régimen franquista recibió una carta de su esposa Josefina Manresa donde le decía que tan sólo tenía pan y cebolla para alimentar a su hijo.

Pablo Neruda, premio Nobel de literatura en 1971 y amigo del poeta, escribió tras su muerte: “Recordar a Miguel Hernández que desapareció en la oscuridad y recordarlo a plena luz, es un deber de España, un deber de amor”. Sin embargo, el recuerdo a su vida, su obra y su muerte sigue generando fantasmas aun 37 años después de la caída del régimen franquista.

La alcaldesa de Elche, Mercedes Alonso, en una de sus primeras decisiones como principal responsable del ayuntamiento de la ciudad, rompió unilateralmente el convenio que unía a la ciudad de Elche con Miguel Hernández, tal y como deseaba su viuda Josefina Manresa. Su nuera, Lucía Izquierdo declaró a este medio tras conocer esta decisión: “A Miguel Hernández, la derecha lo mató una vez y, ahora, lo ha vuelto a matar”.    

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